Un joven ecuatoriano que soñaba con un futuro mejor perdió la vida lejos de su país. Enrique Ormeño Plúas, de 25 años, falleció en México mientras intentaba llegar a Estados Unidos. Su historia, marcada por esfuerzo, sueños y un giro inesperado en su salud, conmueve hoy a su familia y a toda una comunidad.
Enrique dejó Guayaquil hace más de un año y medio. Vendió sus pertenencias para emprender una ruta migratoria que inició en Ecuador, avanzó hasta El Salvador y tenía como destino final Estados Unidos.
Sin visa y enfrentando múltiples obstáculos, intentó varias veces cruzar la frontera, pero fue devuelto. Finalmente decidió permanecer en México, donde trabajó como barbero y en pizzerías para mantenerse.
A Enrique le faltaban pocos meses para graduarse como ingeniero en sistemas. Sin embargo, motivado por un tío que residía en EE. UU., tomó la decisión de migrar con la esperanza de mejorar su situación económica y ayudar a su familia.
Mientras estaba en México, su salud empezó a deteriorarse rápidamente. Fue trasladado a un hospital, donde recibió un diagnóstico que su familia nunca imaginó: un cáncer avanzado en la garganta.
Desde Ecuador, sus familiares lo acompañaban por videollamadas, enviándole ánimo y oraciones mientras él enfrentaba la enfermedad en soledad.
La noticia de su fallecimiento sorprendió a excompañeros de colegio y universidad, quienes lo recordaron como un joven dedicado, amable y querido.
En la cooperativa 2 de Julio, en Guayaquil, su padre conserva una imagen que hoy representa no solo su recuerdo, sino la lucha de un joven que buscó siempre un mejor futuro.
Los restos de Enrique llegarían al país este fin de semana. Su familia planea darle sepultura en el cantón Pedro Carbo, en la provincia del Guayas, y solicita apoyo para cubrir los gastos funerarios.
