Emelec atraviesa uno de sus episodios más críticos de los últimos años. De acuerdo con información de algunos reporteros cercanos al club, los jugadores decidieron suspender los entrenamientos hasta que la dirigencia cancele, al menos, el sueldo correspondiente a agosto. Ese pago debía efectuarse la semana pasada, pero hasta hoy no ha sido depositado.
Dentro del cuadro azul, la tensión aumentó con el paso de los días. La interna se mantiene en un punto límite por la reiterada falta de cumplimiento en los compromisos económicos. Los futbolistas, según varias informaciones, consideran que la situación llegó a un nivel insostenible, lo que derivó en esta medida de presión.
Una crisis que se repite y que golpea al equipo
Los inconvenientes financieros no son nuevos para el conjunto azul. Durante los últimos meses, Emelec ha enfrentado repetidos retrasos salariales que alimentaron la preocupación entre jugadores y cuerpo técnico. Esta cadena de incumplimientos ha deteriorado el ambiente laboral y afecta directamente el desempeño del grupo.
El impacto deportivo: un bajón que preocupa en Emelec
El mal manejo dirigencial también se refleja en la cancha. Tras la llegada de Guillermo Duró, Emelec alcanzó una notable mejoría gracias a una racha de resultados positivos que renovó la ilusión. Sin embargo, en las últimas jornadas el rendimiento cayó de manera abrupta, con presentaciones que distan mucho de las que mostraron semanas atrás.
El conjunto eléctrico se ha alejado de sus principales objetivos: competir por un cupo a la Copa Sudamericana y mantenerse firme en la lucha por la Copa Ecuador. La incertidumbre sobre el futuro inmediato del club crece mientras los problemas económicos siguen sin resolverse.
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