Noah Lyles sufrió una inesperada derrota en los 200 metros, superado ampliamente por el botsuano Letsile Tebogo, y acabó saliendo en una silla de ruedas tras la final de ese sprint en ‘París 2024‘.
Poco después, y con una mascarilla al hablar con los reporteros, el astro estadounidense reveló que padecía COVID.
El africano realizó una sólida carrera y ganó con soltura, obteniendo la primera presea dorada en la historia de Botsuana. Completó la competencia un espectacular tiempo de 19.46. Así, superó los estadounidenses Kenneth Bednarek, que abrochó un tiempo de 19.62, mientras que el podio lo cerró Lyles, con 19.70.
El oriundo de Gainesville intentaba recuperar el cetro de la velocidad para Estados Unidos, tal como lo hizo en los 100 metros planos. Ya se había impuesto en la prueba más tradicional del atletismo sobre Kishane Thompson, por solo cinco milésimas. Fue un triunfo valioso, pues desde Atenas 2004 que su país no ganaba la presea dorada (Justin Gatilin). La situación era la misma en los 200 (Shawn Crawford), sin embargo, los norteamericanos se quedaron a las puertas de romper el maleficio.
Al finalizar la carrera, Lyles se lanzó al piso, visiblemente agotado y ahogado. Rápidamente llegó la asistencia médica para revisarlo. La información fue confirmada por la delegación estadounidense una vez terminada la prueba. El atleta, que había sido observado portando mascarilla en el Stade de France, fue diagnosticado con Covid-19 dos días antes de la final.
Una vez finalizada la carrera, Lyles relató los problemas que sufrió al competir con Covid.“Tengo COVID. Di positivo alrededor de las cinco de la mañana del martes. Me desperté en medio de la noche con escalofríos, dolor y una garganta irritada”, dijo el atleta. “Definitivamente afectó mi desempeño, tuve que tomar muchos descansos. Tosí durante la noche, estoy más que orgulloso de poder haber conseguido un bronce enfermo de COVID”, complementó.
Tebogo, de 21 años, escribe su historia propia y la de su país. En su estreno en la cita de los cinco anillos, consiguió el primer metal dorado en la historia de Botsuana, país africano de poco más de 2.5 millones de habitantes y que debutó en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Tras la competencia, miró emocionado al cielo, probablemente pensando en su madre, fallecida dos meses antes de su logro.
El propio Lyles lo felicitó en sus redes sociales. “Letsile Tebogo, felicidades. Sé que tuviste un año muy duro fuera de la pista y pese a ello lo has superado todo”.