El lunes 2 de septiembre, Estados Unidos incautó en República Dominicana el avión presidencial de Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, quien había sido proclamado ganador de las elecciones el 28 de julio por el Consejo Nacional Electoral. Esta incautación se realizó en el marco de las sanciones estadounidenses impuestas a Venezuela, según reportó CNN.
Funcionarios estadounidenses explicaron a CNN que el avión fue trasladado a Florida en esa misma jornada. Uno de los funcionarios indicó: «El decomiso del avión de un jefe de Estado extranjero es un hecho sin precedentes en términos de justicia penal. Estamos enviando un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley o de las sanciones estadounidenses.»
Aunque aún no se ha confirmado oficialmente, se sospecha que la incautación se llevó a cabo después de que se determinara que la compra del avión infringía las sanciones estadounidenses, entre otras posibles violaciones legales. El avión, cuyo valor ronda los 13 millones de dólares, había permanecido en República Dominicana en los últimos meses.
Los funcionarios estadounidenses no proporcionaron detalles sobre las razones específicas de la incautación, pero mencionaron que se presentó una «oportunidad» para llevar a cabo la operación. Esta acción involucró a varias agencias federales que colaboraron estrechamente con las autoridades de la República Dominicana, las cuales informaron a Venezuela sobre la incautación.
A lo largo de los años, el gobierno estadounidense ha confiscado numerosos vehículos de lujo y otros activos destinados a Venezuela, pero nunca antes un objeto de tal importancia y simbolismo. En abril pasado, Estados Unidos también había revisado parcialmente el alivio de las sanciones sobre el petróleo y gas venezolano, acusando a Nicolás Maduro de no cumplir con sus compromisos electorales, en particular con la inhabilitación de la candidata opositora María Corina Machado.