El Parlamento de Corea del Sur aprobó este sábado la destitución del presidente Yoon Suk Yeol, tras su fallido intento de imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre, lo que desencadenó una de las crisis políticas más graves en la historia reciente del país. La decisión, respaldada por 204 de los 300 diputados, marca un hito en la democracia surcoreana y deja al mandatario suspendido a la espera de la validación de la Corte Constitucional, que cuenta con un plazo de 180 días para decidir.
Una votación histórica y un país dividido
La moción de censura fue aprobada con 204 votos a favor, 85 en contra, tres abstenciones y ocho votos nulos. Este resultado surge tras el fracaso de una primera moción el pasado 7 de diciembre. La destitución del presidente movilizó a miles de ciudadanos en las calles de Seúl: mientras que 200.000 manifestantes celebraron la decisión frente al Parlamento, otros 30.000 se congregaron en apoyo al mandatario en otro punto de la ciudad.
En un discurso televisado, Yoon aceptó su destitución temporal, llamando a poner fin a la «política de los excesos y la confrontación». Sin embargo, sus bajas tasas de popularidad y su controvertida decisión de enviar al ejército al Parlamento para bloquear la reunión de los diputados fueron clave para este desenlace.
La reacción de la oposición y la comunidad internacional
Park Chan-dae, líder del Partido Demócrata y principal figura de la oposición, calificó la destitución como «una gran victoria para el pueblo y la democracia». Ciudadanos como Choi Jung-ha, de 52 años, celebraron en las calles, confiados en que la Corte Constitucional confirmará la decisión del Parlamento.
En el ámbito internacional, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, destacó que esta destitución evidencia la «resiliencia democrática» de Corea del Sur y reafirmó la alianza entre ambos países.
¿Qué sigue para Corea del Sur?
Mientras la Corte Constitucional analiza el caso, el primer ministro Han Duck-soo asume la presidencia de manera interina. Han prometió mantener una «gobernanza estable» en un momento de gran incertidumbre política.
Si la Corte ratifica la destitución, Yoon Suk Yeol se convertirá en el segundo presidente surcoreano en ser removido de su cargo, tras el caso de Park Geun-hye en 2017. Sin embargo, existe un precedente en el que la Corte anuló una destitución aprobada por el Parlamento, como ocurrió con el presidente Roh Moo-hyun en 2004.
La polémica que llevó a la destitución
El detonante de esta crisis fue la decisión de Yoon, el pasado 3 de diciembre, de imponer la ley marcial y desplegar al ejército para bloquear la reunión del Parlamento. Esto ocurrió en medio de un enfrentamiento con la oposición por el presupuesto nacional, donde el presidente acusó a sus rivales de ser «fuerzas antiestatales». La medida fue percibida como un ataque directo a la democracia y provocó movilizaciones masivas en las calles, con enfrentamientos entre manifestantes y militares.
Los diputados, desafiando la intervención militar, lograron reunirse y derogar la ley marcial en pocas horas, lo que selló el destino político de Yoon.