El año 2024 estuvo marcado por controversias en el ámbito artístico, desde representaciones inusuales de figuras públicas hasta incidentes con obras de gran valor histórico y económico. Una de las principales discusiones giró en torno a un plátano pegado a una pared, cuyo precio alcanzó cifras insólitas en subasta, mientras que un retrato oficial del rey Carlos III generó opiniones divididas por su estilo agresivo. Estas son algunas de las historias más comentadas que definieron el panorama del arte este año.
Una de las situaciones más curiosas ocurrió en el Museo LAM de los Países Bajos, donde un técnico de ascensores confundió una obra de arte con basura y la desechó. La pieza, titulada “Todos los buenos momentos que pasamos juntos”, consistía en dos latas de cerveza pintadas a mano, cuidadosamente colocadas en un rincón para simular abandono. Aunque el técnico pensó que se trataba de residuos dejados por obreros, la obra fue recuperada, limpiada y reinstalada. El museo afirmó no guardar rencor, argumentando que la ubicación de la obra buscaba justamente despertar cuestionamientos sobre la percepción del arte.
Las protestas también dejaron su huella en 2024, con el grupo Just Stop Oil liderando acciones que involucraron ataques a obras icónicas como La joven de la perla de Johannes Vermeer y Los girasoles de Vincent van Gogh. Mientras que algunos activistas lograron evitar condenas significativas, otros recibieron sentencias de hasta dos años de prisión. Estas acciones obligaron a varios museos, incluida la National Gallery de Londres, a reforzar sus medidas de seguridad. La vandalización de patrimonio cultural sigue generando un debate entre la necesidad de proteger el arte y el impacto de las protestas en la conciencia pública.
Otra historia que acaparó titulares fue la subasta de una nueva edición de la polémica obra Comedian de Maurizio Cattelan, conocida por su concepto simple: un plátano adherido con cinta adhesiva a una pared. En esta ocasión, el empresario Justin Sun pagó $6.2 millones por la pieza, superando con creces su valor original. Sun organizó una rueda de prensa en la que consumió el plátano frente a las cámaras, generando un debate sobre la fugacidad del arte conceptual y el papel del mercado en la valoración de las obras.
El año también vio incidentes relacionados con el daño accidental de piezas históricas, como la rotura de una vasija de la Edad de Bronce en Israel por un niño de cuatro años. Aunque el Museo Hecht defendió su decisión de exponer el artefacto sin vitrina para hacerlo más accesible, el accidente reabrió el debate sobre la preservación del patrimonio. Paralelamente, en Italia, un visitante rompió intencionalmente una escultura de porcelana de Ai Weiwei, desatando críticas sobre el respeto al arte y el comportamiento del público en los museos. En conjunto, estos episodios resaltan los desafíos que enfrenta el mundo del arte en la actualidad.