Tras la muerte del papa Francisco este lunes a los 88 años, el Vaticano ha activado una serie de protocolos funerarios sobre el procedimiento a seguir, entre ellos, el anuncio del testamento espiritual.
El líder religioso aprobó la última edición del libro litúrgico en abril de 2024, y publicaron el libro meses después, en noviembre.
Bergoglio modificó dicho documento para simplificar aspectos clave del ceremonial fúnebre para cualquier jefe supremo de la iglesia católica.
Así, se eliminaron algunas tradiciones como los tres ataúdes, el catafalco y el báculo papal con la intención de subrayar la figura pastoral del sumo pontífice.
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Rito solemne de la constatación de su muerte
El primer acto tras su fallecimiento se dio con el rito solemne de la constatación de su muerte.
Este acto tuvo lugar en la capilla privada del lugar donde el papa residía, la Casa Santa Marta.
De esta forma, ya no se certificaba su defunción en la habitación donde este dio su último aliento, como ocurría antes.
El cardenal Kevin Joseph Farrell se encargó de la ceremonia y la posterior colocación del cuerpo de Francisco en un único ataúd de madera con interior de zinc.
Durante el rito, llamaban a los familiares del difunto, al decano del colegio cardenalicio para que estuvieran allí.
Testamento espiritual del papa Francisco
Bergoglio redactó el documento el 29 de junio de 2022, en el que pide, entre otras cosas, que lo entierren en Santa María la Mayor.
Compartimos un breve fragmento de las palabras de Bergoglio expresadas en su testamento espiritual:
«El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus. Los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto, que será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor.»