Con el mundo católico aún de luto tras la reciente muerte del Papa Francisco, los ojos del Vaticano y de millones de fieles se dirigen ahora a Luis Antonio Tagle, el cardenal filipino que muchos consideran el heredero natural del legado pastoral, humilde y cercano del pontífice argentino.
Conocido cariñosamente como «Chito», Tagle tiene 67 años y es uno de los nombres más mencionados en la lista de papables, al punto que las casas de apuestas como William Hill lo sitúan como el segundo favorito, justo detrás del italiano Pietro Parolin. Su cercanía ideológica y espiritual con Francisco, su compromiso con los marginados y su estilo pastoral lo han hecho destacar con fuerza en esta nueva coyuntura.
«Si yo fuera Dios, no me elegiría para ser obispo o cardenal», dijo alguna vez con humildad en una entrevista de 2018. «Pero como no soy Dios, Dios ve algo en mí probablemente que yo no veo en mí mismo y solo tengo que confiar», confesó.
Un legado franciscano en Asia
Ordenado sacerdote en 1982, Tagle fue arzobispo de Manila desde 2011 —una de las diócesis más grandes e influyentes de Asia— y cardenal desde 2012. Su nombramiento como prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en 2019 y su posterior rol como pro-prefecto de la sección de Primera Evangelización y Nuevas Iglesias Particulares, consolidaron su perfil internacional dentro de la Iglesia.
Tagle representa una Iglesia misionera, con los pies en la tierra y el corazón con los pobres, como aquella que soñó y modeló el Papa Francisco. No es casual que sea apodado el “Francisco asiático”, ya que comparte la visión de una Iglesia más humilde, inclusiva y valiente. «Tagle no solo predica con palabras, lo hace con gestos concretos, como cuando invitaba a mendigos a cenar en su residencia», señalan fuentes vaticanas.
Voz crítica y pastoral ante el poder
Durante su labor como arzobispo, no dudó en levantar su voz contra la violencia estatal. En 2017, en medio de la violenta guerra contra las drogas del entonces presidente filipino Rodrigo Duterte, Tagle escribió: “No podemos permitir que la destrucción de vidas se convierta en algo normal. No podemos gobernar la nación matando”.
También fue contundente frente a los abusos dentro de la Iglesia. En una cumbre en el Vaticano en 2019 sobre el abuso sexual, admitió con valentía: “Nuestra falta de respuesta al sufrimiento de las víctimas… ha dejado una herida profunda en nuestra relación con aquellos que hemos sido enviados a servir”.
Entre la esperanza y la crítica
A pesar de su popularidad, Tagle también ha sido objeto de críticas, tanto por su gestión en Filipinas frente a casos de abuso, como por decisiones cuestionables durante su dirección de Caritas Internationalis, donde se contrató a un sacerdote condenado por abusos. Sin embargo, sus seguidores creen que su transparencia, su tono pastoral y su compromiso con la verdad lo hacen un líder capaz de guiar a la Iglesia en tiempos desafiantes.
Fuente: AFP