domingo, 27 julio 2025
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Las elecciones papales en la historia, entre palomas, muertes y encierros

Mientras los cardenales se preparan para elegir al sucesor del papa Francisco este miércoles 8 de mayo, vale recordar que la historia de los cónclaves está llena de momentos inesperados, decisiones dramáticas y condiciones impensables para los estándares actuales.

La paloma que eligió al papa

En el año 236, una paloma blanca se posó sobre la cabeza de un hombre llamado Fabián durante una asamblea cristiana en Roma. El gesto fue interpretado como una señal divina. Fabián fue proclamado papa de inmediato. Años después, el emperador Decio lo ejecutó.

Corrupción y poder

Durante siglos, la elección papal estuvo dominada por el clero y la nobleza romana. En el año 532, tras la muerte del papa Bonifacio II, se desató una ola de sobornos entre funcionarios y senadores. Finalmente fue elegido un sacerdote llamado Mercurio, quien cambió su nombre a Juan II. En 1059, se reformó el sistema y se entregó a los cardenales la exclusiva facultad de elegir al pontífice.

Encerrados… hasta morir

La palabra cónclave viene del latín cum clave, que significa “bajo llave”. El término se hizo realidad en 1241, cuando, ante la falta de consenso, los cardenales fueron encerrados en un edificio en ruinas. No recibían atención médica ni servicios básicos. Sólo eligieron al papa Celestino IV cuando uno de ellos falleció y los romanos amenazaron con exhumar su cuerpo.

El cónclave más largo de la historia

El proceso más extenso duró casi tres años, tras la muerte de Clemente IV en 1268. Los habitantes de Viterbo, frustrados, retiraron el techo del palacio donde estaban encerrados los cardenales, esperando que así el Espíritu Santo descendiera con mayor claridad. Teobaldo Visconti fue finalmente elegido en 1271, como Gregorio X.

A dieta forzada

Gregorio X no solo fue electo tras ese prolongado cónclave: también reformó el proceso electoral. Ordenó racionar los alimentos para presionar a los cardenales. Después de tres días, solo se servía un plato; tras cinco, pan, agua y vino.

Catres y calor extremo

Durante siglos, los cardenales dormían en catres, con un baño para cada diez. En 1978, durante el cónclave que eligió a Juan Pablo I, varios purpurados protestaron por el calor sofocante. Como resultado, Juan Pablo II mandó construir la Residencia de Santa Marta, con habitaciones dignas y comodidades, aunque las ventanas se siguen sellando durante el cónclave.

No todos fueron cardenales

Aunque hoy lo habitual es que el papa sea un cardenal, cualquier hombre bautizado puede ser elegido. El último no cardenal electo fue Bartolomeo Prignano, arzobispo de Bari, quien se convirtió en Urbano VI en 1378.

El papa que no lo quería

Algunos no desean ser papa. Albino Luciani, elegido como Juan Pablo I en 1978, dijo tras su nombramiento: “¡Que Dios les perdone por lo que han hecho!”. Falleció tan solo 33 días después.

Champán y canciones

El ambiente no siempre fue solemne. En 1978, tras su elección, Juan Pablo II sirvió champán y cantó canciones folclóricas polacas a los cardenales. En 2005, Benedicto XVI hizo algo similar tras su elección.

Cónclaves cada vez más breves

Desde el siglo XX, los cónclaves se han vuelto más rápidos. El más largo del periodo moderno fue en 1922, con cinco días de votación. Las elecciones de Benedicto XVI (2005) y Francisco (2013) tomaron apenas cuatro y cinco rondas, respectivamente.

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