Después de más de tres décadas tras las rejas, los hermanos Lyle y Erik Menéndez obtuvieron este martes 13 de mayo de 2025 una victoria legal en Los Ángeles que podría abrirles el camino hacia una eventual libertad condicional.
Condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en 1989, los hermanos ahora podrán presentar una solicitud ante una junta de libertad condicional, luego de que el juez Michael Jesic modificara su sentencia a 50 años a cadena perpetua.
Una audiencia marcada por la emoción y el perdón
Durante la audiencia, ambos hermanos se dirigieron a la corte por videollamada desde la prisión en San Diego. Lyle Menéndez, de 57 años, habló con claridad y sin justificar sus actos: “Maté a mi mamá y a mi papá. No tengo excusas. Asumo toda la responsabilidad”.
Su hermano Erik, de 54, también expresó remordimiento: “Disparé cinco veces a mis padres, y fui por más munición. Le mentí a la policía, a mi familia. Lo siento mucho”.
Apoyo familiar y 35 años de transformación
Varios miembros de la familia Menéndez estuvieron presentes en la corte y pidieron al juez que les dé una nueva oportunidad. Entre ellos, Anamaria Baralt, prima de los hermanos, declaró: “Creemos que 35 años son suficientes. Nuestra familia los ha perdonado de forma universal. Ellos merecen una segunda oportunidad”.
El crimen que estremeció a Estados Unidos
El caso de los Menéndez conmocionó al país en 1989. En aquel entonces, Lyle y Erik tenían 21 y 18 años, respectivamente, y asesinaron a sus padres mientras estos veían televisión en su mansión en Beverly Hills. Luego intentaron encubrir el crimen como un ataque de la mafia.
Durante el juicio, se alegaron abusos y un historial familiar conflictivo, lo que dividió la opinión pública. Con el paso del tiempo, el caso recobró notoriedad a través de documentales y series que impulsaron una reevaluación de los hechos.
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