La reina de belleza llegó al set sonriente y agradecida por la buena energía del equipo. Confesó que está viviendo uno de los momentos más felices de su vida: representar al país que tanto ama. “Estoy cumpliendo un sueño, representar al Ecuador es un honor que me llena el corazón”, expresó.
Nadia recordó que en su intento anterior no logró alcanzar la corona, y reconoció que una de las razones fue no haber conectado lo suficiente con el público ni dominar bien el español. “Ahora me siento mucho más conectada con la gente y sigo trabajando en eso cada día”, aseguró con humildad.
También habló sobre su vida personal. Reveló que ya está comprometida, que su pareja planea mudarse a Ecuador y que cuando llegue el momento de competir en el Miss Universo, lo hará ya casada. “Prometo que se va a volver más ecuatoriano que el encebollado”, dijo entre risas.
La reina no solo habló de belleza y pasarelas. También abrió su corazón al compartir su lucha contra la anorexia, un proceso difícil en el que contó con el apoyo incondicional de su familia y su fe. Hizo un llamado sensible a quienes atraviesan lo mismo: “No lo enfrenten solos, busquen ayuda, hablen con profesionales, con amigos, con su familia. Siempre hay una salida”.
Nadia Mejía continúa su preparación con el respaldo de un equipo completo que la acompaña en cada paso, desde el vestuario hasta la preparación emocional. Su mirada ya está puesta en el escenario internacional.
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