El vuelo CA139 de Air China, que cubría la ruta entre Hangzhou, China, e Incheon, Corea del Sur, se convirtió en el escenario de un auténtico infierno aéreo. La causa: la explosión de una batería portátil que estaba almacenada en un compartimento superior, a más de 10.000 metros de altura.
El incidente, capturado por varios pasajeros, generó momentos de caos. Videos difundidos en redes sociales muestran a pasajeros gritando y a la tripulación corriendo desesperadamente para sofocar el fuego que emanaba nubes de humo naranja del compartimento.
Algunos viajeros pedían ayuda en coreano, mientras otros documentaban el aterrador suceso con sus celulares.

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Aterrizaje forzoso
La aerolínea confirmó rápidamente el origen del fuego: una powerbank con batería de litio en el equipaje de mano de un pasajero provocó la emergencia.
Ante la amenaza inminente de un incendio descontrolado, el Airbus A321 se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto internacional de Pudong, Shanghái. Afortunadamente, la rápida y eficiente actuación de la tripulación evitó una tragedia y no se reportaron heridos entre los pasajeros.
La peligrosa tendencia de las baterías
Este evento reaviva la creciente preocupación mundial por el transporte de baterías de litio en vuelos comerciales. Estos dispositivos, si se dañan o sobrecalientan, representan un grave riesgo de incendio a bordo.
La Administración de Aviación Civil de China (CAAC) ya había tomado medidas en junio, prohibiendo el transporte de powerbanks sin etiquetado 3C en vuelos domésticos, justamente a raíz de varios casos de ignición en cabina.
Las autoridades y expertos recomiendan a los viajeros revisar minuciosamente las especificaciones de cualquier batería portátil antes de abordar un avión. La acción de la tripulación del CA139 evitó una catástrofe mayor, pero subraya la necesidad de extremar las precauciones con estos dispositivos electrónicos.
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