A partir de inicios de 2026, OpenAI planea estrenar un “modo adulto” en ChatGPT, una configuración especial que permitirá a la inteligencia artificial responder con mayor flexibilidad en temas sensibles y conversaciones de tono más íntimo entre personas adultas.
La idea no es solo abrir el espectro de contenido, sino hacerlo dentro de un entorno regulado y seguro, donde el acceso esté limitado a usuarios mayores de 18 años que hayan pasado por procesos de verificación. Paralelamente, la empresa prueba un modelo de predicción de edad para reforzar las barreras de protección hacia adolescentes y niños.
¿Qué promete o en qué consiste el modo adulto de ChatGPT?
El llamado “modo adulto” será una opción dirigida a personas mayores de edad verificadas, con un objetivo central: ofrecer más libertad en el tipo de conversación, sin eliminar por completo las normas de seguridad.
En este modo, ChatGPT podría:
- Responder con un lenguaje más directo y menos restringido cuando el contexto lo requiera.
- Adaptarse mejor a interacciones de tipo personal, romántico o sensual, siempre dentro de límites de seguridad.
- Tratar a los usuarios adultos como tales, con menos filtros en temas que hoy se encuentran muy acotados por las políticas estándar.
La propuesta busca equilibrar dos elementos que suelen chocar: por un lado, la creatividad y autenticidad en las conversaciones de adultos; por otro, la necesidad de marcar fronteras claras para que menores no accedan a ese tipo de contenido.
Lo oficial y lo que dicen la empresa y el entorno regulatorio
Directivos de OpenAI han adelantado que el “modo adulto” llegaría durante el primer trimestre de 2026, pero condicionado a una mejora previa en la verificación y predicción de edad.
Actualmente, la compañía:
- Se encuentra probando un modelo de IA que estima la edad del usuario a partir de distintas señales de uso.
- Prioriza la capacidad de diferenciar correctamente entre adolescentes y adultos antes de encender el modo adulto de forma masiva.
- Evalúa esta tecnología en países seleccionados, como fase inicial de pruebas.
La estrategia de OpenAI se mueve en un contexto donde las autoridades y reguladores de distintos países exigen controles más estrictos. Casos recientes de otras empresas tecnológicas, cuyos asistentes virtuales fueron criticados por mantener conversaciones de tipo sexual con menores, han puesto el foco en la protección de la infancia y en la verificación de edad como requisito clave.
Según la visión de sus directivos, el cambio apunta a un principio simple:
“Tratar a los usuarios adultos como adultos, y a los menores con el máximo nivel de resguardo posible.”
Precauciones, riesgos o cómo aplicarlo correctamente
La aparición de un “modo adulto” en una herramienta tan masiva como ChatGPT abre varias preguntas sobre riesgos y responsabilidades:
1. Verificación de edad como primer filtro
Para que este modo funcione de forma responsable, la verificación de edad no puede ser un simple casillero que se marca al azar. OpenAI apuesta por una combinación de:
- Modelos automáticos de predicción de edad, basados en patrones de comportamiento y uso.
- Mecanismos adicionales que permitan limitar el acceso a menores de 18 años.
El desafío es lograr controles robustos sin invadir la privacidad de los usuarios.
2. Límites claros en el tipo de contenido
Aunque el modo adulto amplíe la libertad, seguirá existiendo un marco de políticas internas. No todo será permitido:
- Se mantendrán prohibiciones frente a contenido ilegal, violento o dañino.
- Se buscará evitar que la IA sea usada para acoso, explotación o riesgos para terceros.
Es decir, el modo adulto no elimina las reglas; solo ajusta el nivel de restricción para conversaciones entre adultos que consienten este tipo de interacción.
3. Educación digital y uso responsable
Para los usuarios, el reto será entender que:
- Una IA, incluso en modo adulto, sigue siendo una herramienta, no una persona.
- El uso responsable incluye respetar las normas de la plataforma y las leyes de cada país.
- Las familias deberán estar atentas al uso que los menores hacen de las apps de IA y a las medidas de control disponibles.
Las decisiones que se tomen hoy en torno al modo adulto marcarán parte del futuro sobre cómo se convive con la inteligencia artificial en entornos cotidianos.

