domingo, 27 julio 2025
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¿Por qué correr despacio es mejor que correr rápido?

Correr lento puede ofrecer numerosos beneficios para la salud y el rendimiento físico, que a menudo se pasan por alto en comparación con correr rápido.
Nuevos estudios revelan que ejercitarse a un ritmo más lento puede ofrecer importantes beneficios cardiovasculares y musculares, desafiando así la creencia común. Fotografía sacada de "Brooks running".

Correr a ritmo conversacional, conocido como correr lento, ofrece varios beneficios para la salud y el rendimiento físico. Este ejercicio reduce el riesgo de lesiones al minimizar el impacto sobre las articulaciones y permite que el cuerpo se adapte gradualmente al ejercicio.

Además, esta modalidad facilita la quema de grasas, mejora la resistencia cardiovascular y fortalece el sistema inmunológico. Mentalmente, ayuda a disfrutar del entorno, aliviar el estrés y fomentar el bienestar. En conjunto, correr lento es una forma efectiva y sostenible de mantenerse activo y saludable.

Esta práctica, por otra parte, está ganando popularidad, desafiando la idea de «sin dolor, no hay ganancia». El enfoque implica correr a un ritmo pausado que permite mantener una conversación, llevando la frecuencia cardíaca al 60-70% del máximo, según Rebecca Robinson, consultora en medicina deportiva.

Asimismo, Steve Haake de la Universidad Sheffield Hallam explica que el gasto energético al correr aumenta linealmente con la velocidad. Correr despacio requiere más tiempo para gastar la misma cantidad de energía que correr rápido, beneficiando la salud cardiovascular y mental sin forzar el cuerpo al límite.

Finalmente, la práctica de correr lento ofrece ventajas que pueden superar a correr rápido. Reduce el riesgo de lesiones, mejora la quema de grasas y permite una práctica de ejercicio sostenible a largo plazo. Además, fortalece el sistema cardiovascular, mejora la resistencia y ofrece un enfoque disfrutable y menos estresante del ejercicio.