El ayuno, una práctica milenaria, está ganando popularidad como método para mejorar la salud y controlar el peso. Con diversas técnicas disponibles, desde ayunos prolongados hasta el ayuno intermitente, los individuos pueden elegir el método que mejor se adapte a sus estilos de vida y objetivos de salud.
El ayuno no solo implica abstenerse de comer durante ciertos períodos, sino que también puede incluir restricciones de tiempo en la ingesta de alimentos, como comer todas las comidas en un lapso de 8 a 10 horas. Durante el ayuno, el cuerpo experimenta cambios metabólicos significativos, como la producción de cuerpos cetónicos por parte del hígado, que actúan como fuentes alternativas de energía.
Los beneficios del ayuno van más allá de la pérdida de peso. Estudios indican que puede mejorar la función cerebral, reducir la inflamación y la presión arterial, y mejorar los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, es crucial abordar el ayuno con precaución y bajo supervisión médica, especialmente para personas con condiciones preexistentes como la diabetes.
Para romper el ayuno se recomienda beber agua para rehidratarte antes de comer alimentos sólidos, realizar comidas pequeñas y graduales, pero sobre todo que sean alimentos nutritivos, cómo: frutas, verduras, proteínas magras o granos enteros.
Expertos en nutrición y salud recomiendan consultar a un especialista antes de iniciar cualquier protocolo de ayuno, y destacan la importancia realizar el ayuno con actividad física regular para maximizar sus beneficios.