La sabiduría de Hipócrates, quien recomendaba caminar para mejorar el estado de ánimo, ha sido respaldada por la ciencia más de 2000 años después.
Recientes investigaciones han mostrado que las mujeres que practican el hábito diario de caminar y mantienen una actitud de gratitud tienden a vivir más años. Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado en JAMA Psychiatry, reveló que la gratitud está asociada con una mayor longevidad, mientras que una investigación de la Universidad de Buffalo descubrió que caminar regularmente reduce el riesgo de mortalidad.
Arthur Brooks, destacado experto en felicidad de Harvard, ha promovido la práctica de la “caminata de la gratitud” como una estrategia para mejorar tanto la felicidad como la longevidad. Según un estudio de la Universidad de Buffalo publicado en JAMA Cardiology, se ha establecido que caminar 3.600 pasos al día, en lugar de los 10.000 tradicionalmente recomendados, puede ser suficiente para reducir significativamente el riesgo de mortalidad. Esta combinación de gratitud y actividad física ayuda a manejar el estrés, fomentar el optimismo y disfrutar más del presente.
Brooks recomienda la “caminata de gratitud” como una práctica diaria que combina caminar con pensamientos positivos y agradecimientos. Esta técnica implica reflexionar sobre experiencias personales, personas importantes o la belleza que nos rodea mientras se camina. Al integrar estos pensamientos con la actividad física, se obtienen beneficios tanto emocionales como físicos, ayudando a mejorar el bienestar emocional, promover el optimismo, resistir el estrés y disfrutar más del presente.
La gratitud tiene un efecto protector significativo contra el estrés y las emociones negativas, lo que contribuye a una mejor salud física y mental. Aunque los estudios sobre este tema se han centrado principalmente en mujeres, los beneficios de la caminata de gratitud son aplicables a todas las personas, sin importar su género. Un estudio publicado el 3 de julio en JAMA Psychiatry encontró que la gratitud está asociada con una mayor longevidad en mujeres mayores, basándose en datos de 49,275 enfermeras registradas de los Estados Unidos.
Para maximizar los beneficios de la caminata de gratitud, se recomienda caminar al menos 30 minutos al día, combinando los 3,600 pasos con pensamientos de gratitud. Brooks sugiere dos formas populares de practicar esta técnica: una consiste en vincular activamente los pensamientos de gratitud con cada paso, manteniendo un ritmo uniforme. Esta combinación potencia los efectos positivos físicos y emocionales, mejorando la salud general y el bienestar.