Abel Tesfaye, conocido globalmente como The Weeknd, acaba de ejecutar un movimiento maestro que redefine la relación entre los artistas y sus catálogos. El cantante cerró una alianza estratégica con Lyric Capital Group para monetizar su obra de una manera poco convencional.
A diferencia de otras estrellas que venden su legado para retirarse, The Weeknd ha conseguido capitalizar su éxito sin desprenderse de una sola de sus canciones.
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Un modelo de negocio sin precedentes
Este innovador acuerdo cubre toda su producción musical desde sus inicios hasta el año 2025. Por consiguiente, cualquier lanzamiento a partir de 2026 queda fuera del trato. Sin embargo, el aspecto más relevante radica en la autonomía del artista: Tesfaye mantiene el control creativo absoluto y la propiedad tanto del publishing (derechos de autor) como de los masters (grabaciones originales).
De esta manera, el cantante logra lo que muchos consideran imposible en la industria: obtener liquidez inmediata sin perder el poder de decisión sobre su identidad artística. En lugar de una venta tradicional, este formato híbrido funciona como una inversión que le permite expandir su imperio mientras sigue siendo el dueño de su destino.
El valor de un catálogo histórico
Aunque las partes no han revelado la cifra oficial, diversos analistas de la industria comparan este activo con los más grandes de la historia. Según informes previos de Bloomberg y Billboard, el catálogo de The Weeknd supera los 1,000 millones de dólares.
En consecuencia, si las proyecciones son correctas, estaríamos ante uno de los pactos más lucrativos de la música, situándose únicamente por detrás del histórico acuerdo de Queen con Sony. Asimismo, esta alianza no altera sus compromisos previos; el artista mantiene intactos sus vínculos con XO, Republic y Universal Music Group.
El artista que dicta sus propias reglas
Este movimiento confirma que The Weeknd no solo es una potencia en las listas de éxitos, sino también un estratega visionario en los negocios. En lugar de seguir la corriente de la industria, el canadiense ha moldeado el juego a su medida. Gracias a este acuerdo, demuestra que es posible atraer grandes capitales sin sacrificar la independencia ni el legado.
Finalmente, este paso sienta un precedente para otros artistas de su generación. Ahora, el mercado observa con atención cómo este nuevo modelo de «inversión sin venta» podría cambiar la forma en que las superestrellas gestionan su patrimonio en el futuro.
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