sábado, 26 julio 2025
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Acuario en Japón pone gente de cartón para aliviar la soledad de un pez luna

El Kaikyokan Aquarium, ubicado en Shimonoseki, al sur de Japón, se enfrentó a una situación inesperada durante su cierre temporal por renovaciones en diciembre de 2024.

Uno de sus peces luna comenzó a mostrar signos de malestar, dejando de comer y frotando su cuerpo contra el tanque . Preocupados, los empleados sospecharon de posibles problemas digestivos o infecciones parasitarias.

Tras varios intentos fallidos de tratamiento, un miembro del equipo sugirió una teoría poco convencional: el pez podría estar experimentando soledad debido a la falta de visitantes, ya que es conocido por su comportamiento curioso y su interacción con las personas que suelen acercarse al tanque.

Aunque la hipótesis parecía improbable, el equipo decidió probar una estrategia creativa. Colocaron uniformes de empleados en perchas con rostros de cartón, fijándolos al vidrio del tanque. Además, algunos trabajadores comenzaron a saludar al pez desde fuera del tanque.

El resultado fue sorprendente. Al día siguiente, el pez luna mostró una notable mejoría en su comportamiento. Comenzó a nadar con mayor vitalidad y dirigió su atención hacia las figuras, como si fueran visitantes reales. Según el acuario, la interacción aparentemente «artificial» ayudó al pez a recuperar su salud.

“El pez era bastante curioso y siempre interactuaba con los visitantes. Parece que la ausencia de personas afectó su bienestar. Gracias a esta solución, ha recuperado su energía y vitalidad”, informó el acuario a través de una publicación en redes sociales.

La publicación acumuló miles de reacciones en plataformas como Instagram y Twitter, donde los usuarios expresaron su alegría y ternura por la historia del pez luna. Comentarios como “Pronto iré a verte” y “Qué lindo pez luna, quiero conocerlo” destacaron entre las respuestas.

El acuario planea reabrir sus puertas en seis meses, pero mientras tanto, su equipo sigue cuidando del pez luna, que ya es una pequeña celebridad en redes sociales. Esta peculiar historia demuestra el impacto que los seres humanos pueden tener incluso en los animales marinos más inesperados.