Una escena inusual y altamente controversial capturó la atención del fútbol brasileño el pasado fin de semana. Yuri de Carvalho da Silva, un mediocampista ofensivo de 30 años que cumple una condena por tráfico de drogas, disputó la primera final de la Serie B2 del Campeonato Carioca para su equipo, Goytacaz, mientras usaba una tobillera electrónica.
El futbolista participó en el encuentro decisivo ante el Macaé, un partido que finalizó empatado 1-1. Apenas siete meses después de haber obtenido el régimen semiabierto, el jugador ingresó a los 25 minutos del segundo tiempo.
Las imágenes que se viralizaron mostraron el dispositivo electrónico de control judicial sobresaliendo notablemente bajo su media azul en el tobillo izquierdo.
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La pena que no le impide jugar
Yuri de Carvalho ha jugado con la tobillera electrónica durante toda la temporada de la Serie B2. En consecuencia, cumple así su pena bajo vigilancia, según informó el medio brasileño Globo Esporte.
Dentro del campo, el jugador, dirigido por Wellington Gomes, ha mantenido un rol de suplente habitual, utilizado en los tramos finales de los partidos. A pesar de la situación, algunos empleados del club lo describen como una persona tranquila y solidaria. La directiva del Goytacaz incluso manifiesta su interés en renovar su contrato una vez finalizado el campeonato.
Una fuente interna del club carioca comentó que la tobillera electrónica dificulta ligeramente su movilidad, pero no le impide jugar con normalidad. Además, sostuvo que ni el reglamento de la Serie B2 ni el de la Federación de Fútbol del Estado de Río de Janeiro (FERJ) prohíben expresamente la participación de jugadores bajo monitoreo.
Inclusión social antes que prohibición
La Federación de Fútbol del Estado de Río de Janeiro (FERJ) respondió a la polémica mediante un comunicado, destacando el papel fundamental del deporte en la reinserción social.
La Federación afirma que, con la misión de ir más allá de los campos de juego y reforzar la búsqueda de la formación de ciudadanos, la inclusión y la resocialización son funciones primordiales del deporte. Por otro lado, la FERJ buscará información legal para determinar si existe una prohibición expresa para la actividad profesional con el dispositivo, buscando evitar un error de juicio en este caso inédito.
Para entender el contexto, el historial judicial de Yuri de Carvalho se remonta a 2018, cuando la policía lo arrestó por tráfico de drogas. Permaneció durante siete años en la cárcel. En mayo de este año salió de prisión bajo vigilancia electrónica. El club Goytacaz llegó a solicitar a la Justicia la retirada del dispositivo, pero la petición aún no tiene resolución.
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