domingo, 27 julio 2025
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Irán «no está lejos» de conseguir la bomba nuclear, afirma el jefe del OIEA

Teherán sigue siendo un punto focal de controversia en la arena internacional debido a su programa nuclear, que genera sospechas en Estados Unidos y otros países occidentales sobre su posible objetivo de equiparse con el arma nuclear. Aunque Irán defiende su uso nuclear con fines pacíficos, especialmente para la energía civil, la comunidad internacional se mantiene alerta.

Rafael Grossi, director del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), que es el encargado de verificar el carácter pacífico del programa nuclear iraní, declaró en una reciente entrevista con el diario Le Monde que Irán tiene «las piezas del rompecabezas» nuclear, sugiriendo que el país no está lejos de tener la capacidad de desarrollar armas nucleares. No obstante, Grossi subrayó que aún falta tiempo para que Irán complete su objetivo, si es que lo tiene.

El jefe del OIEA también destacó la necesidad de verificar el carácter pacífico del programa nuclear de Irán, afirmando que no basta con que el país diga que no posee armas nucleares, sino que deben proporcionarse pruebas verificables.

Este tipo de declaraciones llegan días antes de la segunda ronda de conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos sobre el programa nuclear, que se llevará a cabo en Roma. Las conversaciones están siendo mediadas por el sultanato de Omán, pero se trasladarán a la capital italiana después de que las primeras rondas de negociación se realizaran la semana pasada en Omán.

Abás Araqchi, ministro iraní de Relaciones Exteriores, reiteró que el enriquecimiento de uranio no es un tema negociable para Teherán, lo que ha sido un punto de fricción con Estados Unidos, cuyo enviado, Steve Witkoff, ha insistido en que Irán debe cesar el enriquecimiento de uranio para avanzar hacia un acuerdo.

Mientras tanto, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, expresó su satisfacción con las conversaciones en curso con Estados Unidos, aunque también manifestó su desconfianza hacia las intenciones estadounidenses, que aún parecen estar marcadas por posturas contradictorias en torno al programa nuclear de Irán.

El contexto de estas tensiones es aún más complejo dado el colapso del acuerdo nuclear de 2015, cuando Estados Unidos se retiró del pacto en 2018, lo que ha dejado a los demás miembros, como Rusia, en una posición incómoda.