La tensión entre India y Pakistán se intensifica en Cachemira, donde ambos ejércitos intercambiaron disparos por cuarto día consecutivo, según confirmó este lunes el ejército indio. Aunque no se reportaron víctimas, la situación mantiene en alerta a la comunidad internacional.
El conflicto se agudizó tras el ataque del 22 de abril en Pahalgam, donde murieron 26 personas en el peor atentado contra civiles en 25 años en la parte india de Cachemira. Nueva Delhi acusó a Islamabad de apoyar el «terrorismo transfronterizo», mientras Pakistán negó cualquier implicación y pidió una investigación neutral.
En respuesta al ataque, India retiró visas a ciudadanos pakistaníes, suspendió acuerdos bilaterales y cerró su principal paso fronterizo. Pakistán reaccionó con medidas recíprocas, como la expulsión de diplomáticos indios y la cancelación de visados.
La ONU, Arabia Saudita e Irán han pedido máxima moderación para evitar una escalada entre estas potencias nucleares, que ya se han enfrentado en tres guerras desde su independencia en 1947.
El primer ministro indio, Narendra Modi, prometió perseguir a los responsables «hasta el fin del mundo», mientras que su par pakistaní, Shehbaz Sharif, advirtió que su país está «listo para proteger cada centímetro cuadrado» de su territorio.
Las tensiones en Cachemira, una región de mayoría musulmana dividida entre India y Pakistán, mantienen cerrada la frontera terrestre y cancelados los visados entre ambos países, aunque Pakistán ha hecho una excepción para los peregrinos sijs.
Mientras tanto, las hostilidades en la Línea de Control continúan, con intercambios de disparos reportados durante varias noches consecutivas, elevando los temores de un conflicto mayor en el sur de Asia.