¿Te imaginas que tus padres hubieran podido elegir tu nivel de coeficiente intelectual y algunos rasgos físicos antes de que nacieras? Una compañía biotecnológica ha sorprendido al prometer este tipo de servicios a parejas que se convertirán en padres.
Se trata de la start-up estadounidense Heliospect Genomics, que por unos 50.000 dólares americano le ofrece a las parejas la posibilidad de mejorar algunos rasgos físicos e intelectuales de sus bebés. Todo se logra examinando unos 100 embriones usando una tecnología genética que permite hacer una selección de los mejores con ayuda de algoritmos.
La tecnología podría clasificar estos embriones en función de su coeficiente intelectual, el sexo, la altura y otros rasgos físicos, así como el riesgo de obesidad o de sufrir determinada enfermedad.
El diario The Guardian conoció, a partir de una investigación y unos videos obtenidos por el grupo activista Hope Not Hate, que al menos una docena de parejas habrían accedido a estos servicios al momento de concebir con la fertilización in vitro.
Este proceso de selección genética podría hacer que los bebés tengan un incremento de su coeficiente intelectual de más de 6 puntos. Sin embargo, detrás de esto han surgido toda una serie de cuestionamientos éticos y médicos.
El director ejecutivo de Heliospect Genomics, Michael Christensen, dijo que estos avances son fundamentales para que los padres tengan una descendencia, permitiéndoles elegir sus mejores rasgos.
“Todos pueden tener todos los hijos que quieran y pueden tener hijos que estén básicamente libres de enfermedades, inteligentes y sanos; va a ser genial”, dijo.
Para ser claros, aún está por ver si la tecnología de Heliospect funciona como se afirma. Aunque el coeficiente intelectual está determinado en parte por la genética, no existe simplemente un gen para la inteligencia que se pueda activar y desactivar; más bien, el coeficiente intelectual de una persona está influenciado por una serie superpuesta e interseccional de docenas de genes diferentes, por no mencionar que la inteligencia en sí es un concepto escurridizo y notoriamente difícil de medir.
Más allá de la cuestión de si algo así podría funcionar como se promete, hay obvias preocupaciones éticas biomédicas. Este tipo de proyectos serían legales en Estados Unidos. pero la compañía todavía no hará un lanzamiento oficial de sus servicios en medio de todos los cuestionamientos éticos y médicos sobre estos experimentos.