domingo, 27 julio 2025
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¿Tronarse los dedos causa artritis? Esto dice la ciencia

Crujir los dedos es una práctica común que genera debates entre quienes la encuentran relajante y quienes temen posibles efectos negativos en las articulaciones. Sin embargo, la evidencia científica desmiente mitos populares, revelando que este hábito no causa daños significativos a la salud articular.

El característico sonido de crujir los dedos ha intrigado a muchas personas durante años. Según la ciencia, este chasquido se produce cuando las burbujas de gas disueltas en el líquido sinovial, encargado de lubricar las articulaciones, estallan debido a un cambio en la presión causada por el movimiento de los huesos. Este fenómeno natural no implica daño estructural, según los especialistas.

A pesar de la creencia popular de que este hábito podría causar artritis o “engrosar” las articulaciones, la evidencia científica no respalda estas afirmaciones. Renata Gregorio Paulos, traumatóloga del Instituto de Ortopedia y Traumatología de la Universidad de São Paulo, declaró a National Geographic que no existen pruebas que relacionen el crujir los dedos con efectos negativos en la salud articular.

Un notable experimento fue realizado por Donald Unger, un médico estadounidense que durante 50 años crujió exclusivamente los nudillos de su mano izquierda. Tras más de 36.000 chasquidos, concluyó que no había diferencias entre ambas manos, demostrando que el hábito no estaba relacionado con la artritis. Este ingenioso estudio fue reconocido con un premio Ig Nobel en 2009.

Aunque la mayoría de los estudios coinciden en que cruzar los dedos no provoca artritis, algunos hallazgos han generado dudas. Por ejemplo, un estudio en Detroit con 300 personas mayores de 45 años encontró que quienes practicaban este hábito tenían un agarre más débil y manos hinchadas con mayor frecuencia. Sin embargo, no se estableció una relación causal.

En cuanto a beneficios, algunos estudios sugieren que el rango de movimiento en las articulaciones puede aumentar temporalmente tras cruzar los dedos, aunque este efecto es pasajero y sin relevancia a largo plazo. Los riesgos también son mínimos, con casos aislados de lesiones leves en los ligamentos por la fuerza aplicada durante el crujido.

Los verdaderos factores de riesgo para desarrollar artritis incluyen el envejecimiento, la predisposición genética, las lesiones previas y el trabajo manual intensivo. Según los expertos, el desgaste del cartílago articular es la principal causa de esta condición, y los ruidos articulares en personas con artritis son consecuencia del daño estructural, no de un hábito como el de crujir los dedos.