Durante la ceremonia de clausura, Tom Cruise hizo lo que mejor sabe hacer: sorprender y emocionar, el actor comenzó su hazaña descendiendo en rapel desde el techo del Stade de France, para luego abrirse paso entre los atletas, con quienes compartió saludos y selfies. Su presencia culminó con un abrazo entusiasta a una atleta femenina.
Como parte de la entrega de la bandera olímpica a Los Ángeles, sede de los Juegos de 2028, Cruise tomó la bandera, la ancló a una motocicleta y salió del estadio a toda velocidad.
La magia continuó con un segmento pregrabado que mostró al actor viajando por París y finalmente llegando a Los Ángeles, donde apareció junto al icónico cartel de Hollywood, transformado con los anillos olímpicos.
Esta impresionante actuación refuerza la reputación de Cruise como un amante del peligro y la adrenalina, un rasgo que ha definido su carrera en la exitosa franquicia “Misión Imposible”, cuya octava entrega se espera en 2025.