Originados durante el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), los colectivos se definen como organizaciones civiles que trabajan en actividades comunitarias, culturales y educativas. Sin embargo, sus miembros no ocultan que su principal objetivo es resguardar el proceso bolivariano. “Si tenemos que ser violentos, obviamente lo seremos. Si me pegas, yo te voy a pegar”, afirmó Damaris Mujica, líder del colectivo Warairarepano, con sede en el barrio popular de Catia, al oeste de Caracas.
En zonas controladas por estos grupos, como el centro de la capital, los murales exaltan figuras como el Che Guevara, Chávez, Muamar Gadafi y Qasem Soleimani, junto a retratos de líderes actuales como Vladimir Putin, Kim Jong Un y Xi Jinping. “Ellos son una fuente de inspiración para nuestra independencia total”, comentó Rafael Arévalo, joven militante del chavismo, mientras posaba frente a uno de los murales.
En barrios como Petare, considerado uno de los más grandes de América Latina, el miedo es constante. “Uno se dice: ‘Si salgo a protestar, no vuelvo’”, confesó Josumary Gómez, vecina de la zona. Otro residente comentó que “el objetivo de los colectivos es infundir miedo”. Phil Gunson, analista del International Crisis Group, señala que estos grupos deben ser calificados como “parapoliciales” más que paramilitares. “Normalmente van encapuchados, vestidos de negro, a bordo de motos, armados o con apariencia de estarlo. Eso genera un efecto intimidante. Ha habido personas heridas y asesinadas por estos colectivos”, afirmó.
Gunson también denunció que los colectivos operan con impunidad, con vínculos directos con la policía y los organismos de inteligencia, y que muchos son financiados por el Estado. InSight Crime, organización dedicada al estudio del crimen organizado en América Latina, advierte que varios colectivos han derivado en bandas criminales que practican la extorsión bajo protección oficial.
No obstante, líderes como Cortez y Mujica niegan esas acusaciones. Aseguran que sus agrupaciones se sostienen con negocios propios como cafeterías, peluquerías y salones de tatuajes. “Aquí no pedimos ni un centavo”, afirmó Mujica, aunque reconoció que en otros casos “el dinero puede haberse convertido en la fuerza impulsora”.
Lejos de atenuar su discurso, Cortez respondió a las críticas con determinación: “¡Nunca daremos un paso atrás! Yo le pido a Dios que todas esas personas que hablan mal de los colectivos vivan mil años, porque van a ser mil años de revolución, mil años de los gloriosos colectivos”.
Protagonismo de ‘los coletivos’ tras la proclamación de Maduro como ganador de las elecciones en Venezuela
En enero de 2025, en la toma de posesión de Nicolás Maduro para su tercer mandato presidencial, los colectivos chavistas volvieron a tomar protagonismo en las calles, en medio de denuncias de represión y nuevas advertencias del oficialismo a la oposición.
“Somos los defensores de la patria, los defensores del proceso revolucionario”, proclamó Teodoro Cortez, segundo al mando del ‘Colectivo Catedral’, en respuesta a las críticas de sectores opositores y activistas de derechos humanos que califican a estos grupos como “paramilitares” al servicio del poder.
Los colectivos jugaron un papel clave en la represión de las manifestaciones que estallaron tras la proclamación de Maduro como ganador de las elecciones del 28 de julio de 2024, en medio de denuncias de fraude. Las protestas dejaron un saldo de 28 muertos, más de 200 heridos y al menos 2.400 personas detenidas.
Cuando la oposición convocó nuevas movilizaciones, los colectivos prometieron volver a actuar. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, reunió a cientos de sus miembros en un acto oficial, donde lanzó duras advertencias. “Fascistas, terroristas, si ustedes se atreven a interferir con la toma de posesión, se van a arrepentir toda su vida”, dijo en su momento Cabello, entre aplausos.
Fuente: AFP