Durante su visita a Guyana, el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, advirtió que un ataque por parte de Venezuela contra Guyana o instalaciones de ExxonMobil tendría graves consecuencias. Aunque no mencionó una intervención militar directa, insinuó el posible uso de fuerza al recordar que «la Armada de EE.UU. puede llegar a cualquier parte».
Rubio respaldó firmemente a Guyana en la disputa por el Esequibo, una región rica en petróleo cuya soberanía también reclama Venezuela. El conflicto se intensificó tras los descubrimientos petroleros de ExxonMobil en aguas guyanesas. Rubio firmó un memorando de entendimiento para reforzar la cooperación en seguridad y patrullajes marítimos conjuntos entre ambos países.
El presidente guyanés, Irfaan Ali, agradeció el respaldo estadounidense. Mientras tanto, el canciller venezolano, Yván Gil, calificó las declaraciones de Rubio como “bravuconadas” y rechazó la injerencia de EE.UU., afirmando que “Venezuela no se rinde ante intimidaciones”.
En paralelo, Guyana denunció recientemente la incursión de un buque venezolano, mientras Caracas convocó elecciones para elegir autoridades en el Esequibo, lo que Georgetown considera una provocación.
La disputa territorial sigue aumentando la tensión en la región, mientras Guyana se perfila como el mayor productor de petróleo per cápita del mundo, superando a naciones como Qatar y Kuwait.