Victoria Hill, de 39 años, decidió hacerse una prueba de ADN para conocer más sobre su salud. Enviando su muestra a la empresa ’23andMe’, Hill descubrió una verdad impactante: el hombre que conoció como su padre no era su padre biológico.
En realidad, su padre biológico era un donante de esperma que había ayudado a muchas otras mujeres, resultando en más de 20 medios hermanos que Hill desconocía.
El impacto mayor llegó cuando uno de estos medios hermanos resultó ser su novio de la secundaria. Él también se hizo una prueba de ADN tras conocer la situación de Hill y le envió un mensaje con la noticia: «Eres mi hermana». Hill expresó estar traumatizada, recordando su tiempo en la escuela secundaria con una nueva perspectiva.
Este caso se considera un ejemplo extremo de fraude de fertilidad. El donante no era un donante legítimo, sino el propio médico especialista en fertilidad que utilizó su propio esperma sin consentimiento. Este fraude es ilegal en 12 estados de EE. UU., pero no en Connecticut.
Hill ahora ve fotos de personas y se pregunta si podrían ser sus hermanos, viviendo con el trauma de haber tenido una relación íntima con su medio hermano sin saberlo.