En el Parque Nacional Torotoro, en el centro de Bolivia, científicos registraron 16.600 huellas de dinosaurios terópodos, el mayor conjunto de pisadas de este tipo en el mundo. Las marcas, de hace unos 66 millones de años, muestran cómo caminaban, corrían e incluso intentaban nadar estos gigantes prehistóricos.
¿Dónde están las huellas y qué descubrieron exactamente?
El hallazgo se ubica en el yacimiento Carreras Pampa, dentro del Parque Nacional Torotoro, en el departamento de Potosí, Bolivia. Allí, un equipo internacional de paleontólogos pasó seis años realizando campañas de campo para mapear una enorme superficie de roca con pisadas fósiles.
El estudio contabiliza 1.321 rastros y 289 pisadas aisladas, que en total suman 16.600 huellas de dinosaurios terópodos, el grupo de depredadores bípedos al que pertenecen especies como el Tyrannosaurus rex. A esto se añaden 280 “caminos de nado” con 1.378 marcas de pataleo, además de rastros de colas y huellas de aves.
Los expertos señalan que se trata de la mayor concentración de huellas de terópodos registrada en un solo sitio en todo el planeta. El área funciona como una especie de “mosaico” donde distintos sectores se conectan y forman una gran planicie fosilizada.
Las rocas corresponden al Cretácico Superior, cerca del final de la era de los dinosaurios. Las huellas se formaron hace aproximadamente 66 millones de años, cuando la zona era una costa baja con agua, barro y sedimentos finos que luego se endurecieron y quedaron protegidos bajo nuevas capas de roca.
¿Qué cuentan estas huellas sobre la vida de los dinosaurios?
El yacimiento no solo impresiona por la cantidad, sino por la diversidad de tamaños y comportamientos que registra. Las marcas incluyen pisadas que miden menos de 10 centímetros, probablemente de dinosaurios juveniles, y otras que superan los 30 centímetros, asociadas a depredadores de tamaño medio.
Las huellas revelan varias escenas posibles:
- Dinosaurios caminando en grupo
Muchos rastros avanzan en paralelo, con direcciones similares y separaciones constantes, lo que sugiere desplazamientos de varios animales por la misma “ruta” antigua. - Cambios de velocidad y giros bruscos
La distancia entre pisadas y algunos cambios de dirección muestran momentos en los que los terópodos aceleraban, giraban o frenaban, quizás mientras perseguían presas o evitaban obstáculos. - Intentos de nado
En ciertas zonas, el nivel del agua llegaba más alto y los animales ya no apoyaban todo el pie. Allí se observan marcas de garras, como rasguños largos en el barro endurecido, que los investigadores interpretan como pataleo mientras nadaban o flotaban. - Rastros de colas y aves
Algunos caminos muestran también surcos de cola y huellas de aves, lo que completa el paisaje: no solo pasaban grandes depredadores, sino también otros animales que compartían la misma costa antigua.
Por eso, varios científicos describen Carreras Pampa como una auténtica “supercarretera prehistórica”, donde generaciones de dinosaurios dejaron una crónica de barro que hoy se lee como un libro abierto. Para la comunidad científica, este registro es valioso porque los huesos casi no aparecen en la zona, pero las huellas permiten reconstruir cómo se movían y cómo usaban el espacio estos animales.

