Hulk Hogan, el histórico actor y leyenda de lucha libre de Estados Unidos murió la mañana de este 24 de julio a los 71 años.
El jueves por la mañana temprano, médicos acudieron a la casa de la leyenda de la WWE, de 71 años, en Clearwater, Florida, y los operadores indicaron que se trataba de un «paro cardíaco».
Se nos informa que varios coches patrulla y paramédicos estaban estacionados frente a la casa de Hogan, y que el ícono fue trasladado en camilla a una ambulancia.
Hace apenas unas semanas, la esposa de Hogan, Sky, desmintió los rumores de que se encontraba en coma, afirmando que su corazón estaba «fuerte» mientras se recuperaba de las cirugías.
Pusimos la noticia el mes pasado: se rumoreaba que Hogan estaba en su «lecho de muerte», pero en ese momento nos dijeron que solo estaba lidiando con los síntomas de una cirugía de cuello a la que se sometió en mayo.
Hulk transformó la lucha libre profesional en un deporte de entretenimiento familiar. Antes de Hulk, la lucha libre estaba dirigida a un público bastante reducido. La teatralidad de Hulk en el ring era magnética para los niños y sus padres, y potenciaba el deporte.
Hulk Hogan, cuyo nombre real era Terry Bollea, fue una figura clave para la lucha libre en todo el mundo. Su llegada a la WWF (hoy WWE) marcó un antes y un después en el deporte, llevándolo a un público familiar gracias a su carisma, su físico imponente y su famoso lema “Say your prayers and eat your vitamins”.
Durante los años 80 y 90, Hogan conquistó 12 campeonatos mundiales, ganó dos veces el Royal Rumble y protagonizó momentos inolvidables como su combate en WrestleMania III contra André the Giant, que atrajo a más de 93 mil espectadores.