Ana Barbosu, la gimnasta rumana que fue viral por su festejo y decepción, recupera la presea en las Olimpiadas París 2024 luego de que el TAS ordenó regresarle la medalla de bronce.
Al concluir la competencia, la rumana había obtenido 13,700 puntos, lo que la colocó en la tercera posición detrás de la brasileña Rebeca Andrade y la estadounidense Simone Biles, estrellas de la gimnasia artística. Todo parecía que iba a ser alegría para la joven de 18 años. Sin embargo, la estadounidense Jordan Chiles, que había terminado en quinta posición con 13,666 puntos, apeló la decisión del jurado. Las autoridades atendieron su reclamo y le subieron la puntuación a 13,766, lo que la catapultó al tercer puesto.
Toda la secuencia mencionada quedó registrada en las cámaras de televisión que estaban enfocadas en Barbosu. Al principio se pueda ver a la rumana emocionada festejando el logro con la bandera de su país. Instantes después, su rostro cambió drásticamente cuando se dio cuenta de las modificaciones en el tablero, dando paso a la resignación y los llantos.
Una odisea olímpica
Posteriormente, la delegación rumana apeló al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), denunciando que el reclamo de Chiles y el equipo estadounidense había sido presentado 4 segundos después del plazo de un minuto establecido por la Federación Internacional de Gimnasia (FIG).
Este sábado, el TAS dictaminó que la decisión del jurado durante la competición era inválida, puesto que se realizó fuera del tiempo asignado. Por los tanto, resolvió que las posiciones originales debían ser reestablecidas y la medalla de bronce debía ser devuelta a Barbosu.
Quejas de EE.UU.
Por su parte, el equipo de gimnasia de Estados Unidos rechazó la decisión. «Estamos devastados por la decisión del Tribunal Arbitral del Deporte respecto al ejercicio de gimnasia de suelo. La requisitoria sobre la rutina de Jordan Chiles fue respondida de buena fe y creemos que de acuerdo con las normas de la FIG para garantizar el puntaje adecuado», alegó en un comunicado en X.
Asimismo, denunció que la gimnasta estadounidense había sido «objeto de ataques constantes, absolutamente infundados y extremadamente hirientes en las redes sociales» durante el proceso de apelación.