Cuando se trata de alcohol, el dicho “menos es más” no podría ser más cierto. Muchas personas en todo el mundo están optando por reducir o eliminar el consumo de alcohol, motivadas por campañas sociales. Pero, ¿qué sucede realmente en el cuerpo cuando dejamos de beber alcohol durante un período prolongado? La respuesta es fascinante y revela el impacto profundo que el alcohol tiene en nuestro organismo.
- Recuperación del hígado: El hígado comienza a sanar cuando se elimina el alcohol. Las primeras etapas de daño hepático, como el hígado graso y la inflamación, son reversibles si se deja de beber a tiempo. Sin embargo, en casos de cirrosis avanzada, aunque la progresión se detiene, el daño no se revierte por completo.
- Mejora en la salud cardiovascular: Dejar de beber reduce la producción de radicales libres en el cuerpo, lo que disminuye el riesgo de enfermedades del corazón. Aunque el consumo moderado de alcohol puede tener algunos beneficios, el exceso es perjudicial.
- Disminución del riesgo de cáncer: El alcohol es un carcinógeno conocido. Al dejar de consumirlo, se reduce el riesgo de cáncer en varios órganos, como el hígado y el colon.
- Pérdida de peso y mejora en la composición corporal: El alcohol aporta calorías vacías y azúcares, lo que contribuye al aumento de peso. Al eliminarlo, muchas personas experimentan una pérdida de peso, especialmente aquellas que consumen alcohol en exceso.
Dejar el alcohol no solo mejora la salud física, sino que también ayuda a reflexionar sobre los hábitos de consumo y tomar decisiones más saludables a largo plazo.