sábado, 26 julio 2025
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Médico se declara culpable en el caso de la muerte de Matthew Perry

Foto: Rich Fury AP File

Uno de los médicos implicados en la muerte del reconocido actor estadounidense Matthew Perry, quien falleció el 28 de octubre de 2023 a los 54 años, se declaró culpable el 2 de octubre de un cargo de conspiración por la distribución de ketamina, sustancia vinculada a su deceso. Mark Chavez es uno de los cinco acusados por la fiscalía californiana de haberse beneficiado económicamente de los problemas de abuso y adicción que padecía el intérprete. El médico admitió su culpabilidad ante un tribunal federal en Los Ángeles, donde se ha programado la lectura de su sentencia para el 2 de abril de 2024, según informó el medio estadounidense Deadline.

De los cuatro acusados restantes, dos han optado por declararse inocentes, y su juicio está previsto para comenzar el 4 de marzo de 2025. Entre ellos se encuentra Jasveen Sangha, apodada “La reina de la ketamina”, quien supuestamente proporcionó la dosis fatal que consumió Perry. El otro acusado es el doctor Salvador Plasencia, quien trabajaba en conjunto con Chavez para suministrar la droga al actor. Anne Milgram, directora de la DEA, afirmó que ambos médicos traicionaron su juramento de cuidar a los pacientes, causando un daño considerable solo por motivos económicos. Según la investigación, vendían a Perry viales de ketamina a 2.000 dólares, aunque su costo de adquisición era de solo 12 dólares.

Las autoridades señalaron que el actor llegó a desembolsar hasta 55.000 dólares por aproximadamente 20 viales de esta sustancia. Tanto Chavez como los otros cuatro arrestados el 15 de agosto, incluido Kenneth Iwamasa, asistente personal de Perry que lo encontró sin vida, fueron acusados de formar parte de una red delictiva dedicada a la distribución de grandes cantidades de ketamina. Esta sustancia, que se utiliza en Estados Unidos para tratar la depresión y la ansiedad, solo puede ser administrada en clínicas que cumplen con estrictos protocolos. De acuerdo con las autoridades, Perry desarrolló una dependencia a la administración intravenosa de ketamina y, tras la negativa de las clínicas locales a aumentar su dosis, recurrió a personas dispuestas a proporcionarle la droga.

El actor fue descubierto por su asistente en la piscina de su residencia en el exclusivo barrio de Pacific Palisades, flotando boca abajo. Inicialmente, su muerte fue catalogada como un accidente. Perry había estado recibiendo tratamientos de infusión de ketamina para su ansiedad y depresión, pero su última sesión fue una semana y media antes de su fallecimiento. Dado que la ketamina tiene una vida media de tres a cuatro horas en el organismo, la situación se tornó sospechosa. La policía de Los Ángeles anunció en mayo que había iniciado una investigación criminal relacionada con su muerte, revelando la gravedad del caso y las implicaciones legales para los acusados.