El huracán Oscar ha agravado la ya crítica situación energética en Cuba, al tocar tierra en la provincia de Guantánamo, cerca de la ciudad de Baracoa. El fenómeno natural dejó al menos seis personas fallecidas y provocó importantes daños materiales, en medio de un colapso energético que mantiene a gran parte del país sin electricidad desde el pasado viernes.
El impacto del huracán, que ingresó a la isla como categoría 1, resultó en la destrucción total o parcial de numerosas viviendas. Tras su paso, Oscar se degradó a tormenta tropical, pero las consecuencias siguen siendo alarmantes. La mayor parte de la población continúa sin acceso a electricidad, después de cuatro días de un apagón nacional provocado por una falla en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, la principal fuente de energía de Cuba.
Hasta la noche anterior, solo el 36% de los 10 millones de habitantes de la isla había recuperado el suministro eléctrico. Aunque La Habana había logrado restablecer casi por completo el servicio, una nueva falla dejó nuevamente sin luz a más de 200.000 personas.
Ante esta situación, el gobierno cubano ha declarado una «emergencia energética» tras la desconexión total del sistema eléctrico nacional. La falta de electricidad ha desatado protestas y cacerolazos en varios barrios de la capital, donde los ciudadanos expresan su frustración y descontento por la prolongada crisis.
El huracán Oscar no solo ha dejado un saldo de tragedia humana, sino que también ha profundizado la crisis energética, que aún no tiene una solución a la vista, y ha aumentado la presión sobre el gobierno en su intento de restablecer la normalidad en la isla.