domingo, 27 julio 2025
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Un virus intestinal podría estar vinculado a la adicción a la comida y la obesidad, según estudio

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Un estudio conjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Girona Josep Trueta (IDIBGI) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) ha identificado una posible relación entre un virus intestinal de la familia Microviridae y la adicción a la comida, un trastorno asociado con la obesidad. Este hallazgo, publicado en la revista Nature Metabolism, resalta el papel de los virus, además de las bacterias, en el equilibrio de la salud intestinal y su impacto en el comportamiento alimentario y el metabolismo.

La investigación señala que la presencia de Microviridae en la microbiota intestinal está relacionada con niveles más altos de triptófano y tirosina en sangre, compuestos clave en la producción de los neurotransmisores serotonina y dopamina. Estas sustancias son esenciales para la regulación del placer, la saciedad y el bienestar, además de estar involucradas en los mecanismos cerebrales asociados con las adicciones.

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La adicción a la comida, caracterizada por la pérdida de control sobre el consumo de alimentos, comparte similitudes con otras adicciones al activar los sistemas de recompensa del cerebro. Este estudio sugiere que el viroma intestinal (ecosistema de virus en el intestino) juega un papel determinante en este trastorno, lo que abre nuevas oportunidades para estrategias de tratamiento personalizadas.

Los investigadores también identificaron una sustancia en el plasma sanguíneo, el ácido antranílico, que podría ofrecer protección contra los comportamientos asociados con la adicción a la comida. Este descubrimiento podría ser clave para futuros tratamientos.

El estudio fue validado en tres grupos independientes, con un total de 264 participantes, y respaldado por análisis adicionales realizados en 942 personas. Además, se llevaron a cabo pruebas en ratones y moscas de la fruta, donde la transferencia de microbiota con alta presencia de Microviridae resultó en comportamientos de adicción a la comida, como compulsividad y persistencia, junto con alteraciones en los niveles de triptófano, serotonina y dopamina en el cerebro.

El jefe del grupo de Medicina y Biología Integrativa de Sistemas del IDIBGI, Jordi Mayneris-Perxachs, destacó que la composición del viroma intestinal es específica y estable en cada persona, lo que facilita el desarrollo de tratamientos personalizados. Este hallazgo subraya la importancia de incluir a los virus en el estudio de la microbiota intestinal, hasta ahora enfocado principalmente en bacterias.