El 2 de enero de 2024, astrónomos del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA) identificaron un supuesto asteroide, registrado como 2018 CN41. Sin embargo, menos de 17 horas después, se confirmó que el objeto no era un cuerpo celeste, sino un Tesla Roadster lanzado por SpaceX en 2018.
El hallazgo se originó cuando un astrónomo aficionado detectó el objeto y lo reportó al Minor Planet Center (MPC), entidad encargada de catalogar asteroides. La confusión surgió porque su órbita coincidía con la de un asteroide real, lo que llevó a un error en la clasificación inicial.
El MPC aclaró la situación al notar que la trayectoria del supuesto asteroide era idéntica a la del Tesla, que viaja por el espacio desde su lanzamiento a bordo del Falcon Heavy. «La colaboración entre astrónomos profesionales y aficionados permitió una rápida identificación«, señaló Matthew Payne, director del MPC.
Desde su despegue, el Tesla ha pasado varias veces cerca de la Tierra. A principios de 2024, el vehículo llegó a estar a menos de 241,000 kilómetros de distancia, lo que permitió su redescubrimiento y posterior confusión con un nuevo asteroide.
Este insólito episodio resalta cómo la exploración espacial puede generar escenarios inesperados, como un auto flotando entre planetas y siendo confundido con un objeto celeste.