El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su disputa con el empresario Elon Musk, luego de que este criticara duramente su nuevo plan fiscal. Durante una entrevista, Trump afirmó que Musk “perdió la cabeza” y dejó claro que no tiene ningún interés en conversar con él.
El origen del conflicto: la polémica ley fiscal
El enfrentamiento comenzó tras un comentario de Musk en su red social X, donde calificó la propuesta fiscal de Trump como una “abominación repugnante”, alegando que aumentaría el déficit y la deuda nacional.
La respuesta del mandatario fue inmediata:
“No estoy pensando en él. No hablo con Elon Musk. Creo que perdió la cabeza. No voy a hablar con él por un tiempo”, declaró Trump al programa The Kayal and Company.
Un quiebre político en 2025
Hasta hace pocas semanas, Musk ocupaba el cargo de empleado gubernamental especial, liderando el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la administración Trump. Sin embargo, su crítica al plan fiscal detonó una ruptura definitiva.
Tras sus declaraciones, Musk renunció formalmente a su rol dentro del gobierno, marcando el punto final de su colaboración con la Casa Blanca.
Subsidios eliminados: un golpe directo a Tesla
El conflicto también tiene un componente económico: el nuevo proyecto fiscal de Trump contempla la reducción o eliminación de subsidios para vehículos eléctricos, lo que afectaría directamente a Tesla y otras empresas del sector.
Trump, por su parte, insinuó que las críticas de Musk se deben a intereses personales, ya que sus compañías dejarían de beneficiarse de estos incentivos.
Reacciones y consecuencias económicas
Las declaraciones cruzadas entre ambos no tardaron en impactar los mercados:
- Las acciones de Tesla cayeron un 14% tras la polémica.
- Las empresas de Musk perdieron alrededor de 34 mil millones de dólares en valor de mercado.
- Trump advirtió que su gobierno podría reevaluar contratos federales con SpaceX y otras compañías vinculadas al magnate.
Musk da marcha atrás con amenaza espacial
En medio del conflicto, Musk insinuó que podría suspender la colaboración con la NASA, retirando el uso de la nave Dragon, desarrollada por SpaceX. Sin embargo, tras críticas en su propia red social, aclaró que no afectará los lanzamientos espaciales.
Este gesto fue interpretado como una señal de distensión, aunque sin disculpas formales.
De la alianza a la ruptura total
A pesar de las diferencias, fuentes cercanas a la Casa Blanca señalaron que Trump no está enfadado, sino decepcionado con Musk. Ambos compartieron afinidades en el pasado, pero esta crisis ha evidenciado que los intereses políticos y económicos ya no están alineados.
Todo indica que el vínculo entre Trump y Musk ha llegado a su punto más bajo, en un momento crucial para la política y la economía de Estados Unidos.
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