La conexión entre el descanso nocturno y el bienestar emocional despierta un interés masivo, pues todos buscamos mejorar la calidad de vida a largo plazo y ser feliz.
Tanto la comunidad científica como las nuevas herramientas de inteligencia artificial exploran las claves para lograr un sueño reparador y, por consiguiente, una vida más plena.
Sin embargo, los expertos aclaran que las sugerencias no son universales. Factores como la edad, el estilo de vida y la calidad del sueño influyen directamente en la fórmula personal.

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El sueño según la edad
En los últimos años, distintos estudios científicos han profundizado en el impacto del descanso en nuestra salud física y mental. Especialistas en salud, como la Clínica Mayo, subrayan que la cantidad de sueño necesaria varía drásticamente según la edad:
- Bebés (4 a 12 meses): Requieren de 12 a 16 horas diarias, incluyendo los periodos de siesta.
- Adultos (18 a 60 años): La medida general sugiere dormir al menos siete horas cada noche.
- Niños y Adolescentes: Naturalmente, demandan más horas de sueño que los adultos.
- Adultos Mayores (65+): Experimentan cambios en sus patrones de sueño, pero mantienen necesidades similares a las de los adultos jóvenes.
Los expertos recuerdan que estas cifras actúan como un punto de partida. Factores personales como el estado de salud y el ritmo diario siempre influirán en la cantidad de descanso que realmente necesita cada persona. Adaptar las horas de sueño a la etapa de la vida y a las necesidades individuales contribuye significativamente al bienestar general.

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