El incienso es un producto elaborado a partir de materiales aromáticos naturales como resinas, maderas, hierbas y aceites esenciales. Al quemarse, libera un humo muy oloroso que puede ser tanto relajante como placentero.
Sin embargo, detrás de ese humo existe algo más: una mezcla de compuestos químicos que, si se inhalan de manera constante, pueden tener consecuencias negativas para la salud.
Uno de los estudios más relevantes sobre este tema fue publicado en la revista Journal of Inflammation Research. En esta investigación, los científicos analizaron los compuestos presentes en el humo del incienso y descubrieron que contiene una mezcla de sustancias potencialmente peligrosas, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), el formaldehído y partículas ultrafinas.
Los HAP son compuestos cancerígenos también presentes en el humo del tabaco. Este estudio reveló que estas partículas pueden penetrar profundamente en los pulmones, desencadenando inflamaciones que, a largo plazo, podrían dar lugar a enfermedades respiratorias crónicas.
Además, el humo del incienso puede acumularse en espacios cerrados, aumentando así la exposición a estas sustancias nocivas. Este informe también advierte que el uso frecuente de incienso podría estar relacionado con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y otras afecciones graves.
Cabe resaltar que los investigadores subrayan que se necesitan más estudios para confirmar estas relaciones, sus hallazgos son un llamado de atención para quienes usan incienso regularmente en espacios cerrados.
Igual de dañino que el humo del cigarrillo
Otra estudio, proveniente de la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI), que se ha enfocado en los efectos del humo del incienso sobre personas con asma y alergias. Según su informe, el humo puede irritar las vías respiratorias, desencadenar ataques de asma y empeorar los síntomas alérgicos.
Lo más preocupante es que, de acuerdo con la ACAAI, el nivel de contaminantes liberados por el incienso puede ser comparable, o incluso superior, al generado por el humo del tabaco.
Esto convierte al incienso en un factor de riesgo importante, sobre todo para personas vulnerables como niños, ancianos y aquellos con problemas respiratorios. De hecho, incluso quienes no padecen afecciones respiratorias podrían llegar a experimentar molestias o daños a largo plazo si están expuestos con frecuencia a este tipo de sustancia.