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Hígado graso en gatos: Así puedes evitar que tu mascota lo desarrolle

na alerta veterinaria ha puesto el foco en un problema de salud que afecta cada vez más a los gatos domésticos: la lipidosis hepática felina, o hígado graso.

Una alerta veterinaria ha puesto el foco en un problema de salud que afecta cada vez más a los gatos domésticos: la lipidosis hepática felina, o hígado graso.

Según la experta en nutrición felina Neus Candela, el aumento de esta enfermedad está directamente relacionado con la dieta de los felinos, que se basa cada vez más en productos ultraprocesados.

Candela compara la situación con la medicina humana, donde se sabe que el consumo excesivo de ultraprocesados causa hígado graso. Sin embargo, en el mundo veterinario, esta conexión a menudo se ignora.

«La lógica es muy simple, si el consumo excesivo de carbohidratos ultraprocesados causa hígado graso en humanos, ¿qué esperamos que pase en un carnívoro estricto que los come cada día de su vida?», cuestionó la veterinaria, enfatizando que alimentar a los gatos con estos productos contradice su biología y favorece el desarrollo de enfermedades hepáticas.

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Síntomas y causas: señales de alerta que todo dueño debe conocer

La lipidosis hepática felina es la enfermedad hepática más común en gatos. Ocurre cuando se acumula una gran cantidad de grasa en el hígado, lo que interfiere con su funcionamiento y puede llevar a una insuficiencia hepática.

Esta condición se desencadena a menudo cuando un gato deja de comer o reduce drásticamente su ingesta, obligando a su organismo a movilizar sus reservas de grasa.

Las causas principales incluyen el consumo regular de productos ultraprocesados, el ayuno prolongado y la obesidad. Los gatos con sobrepeso son especialmente vulnerables.

Los síntomas más comunes a los que los dueños deben prestar atención son:

  • Anorexia (falta de apetito)
  • Pérdida de peso
  • Deshidratación
  • Vómitos y náuseas
  • Ictericia (coloración amarilla en la piel y mucosas) en fases avanzadas.

Prevención y tratamiento de hígado graso

El diagnóstico de la lipidosis hepática felina requiere un examen exhaustivo, que incluye análisis de sangre y una ecografía abdominal. El tratamiento se enfoca en restaurar la nutrición del gato, a menudo con alimentación asistida, y en manejar las complicaciones. El pronóstico es favorable si se detecta a tiempo.

Sin embargo, la prevención es la mejor herramienta. La veterinaria Neus Candela insiste en la importancia de una dieta adaptada a las necesidades biológicas del felino, evitando el consumo excesivo de ultraprocesados.

«Cuando conectas medicina humana con veterinaria, empiezas a ver cosas que no nos cuentan en la facultad ni en los congresos», afirmó Candela, destacando que la clave para una vida más saludable para los gatos está en la educación y la prevención.

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