Aunque la mayoría de personas pelan el kiwi antes de comerlo, diversos estudios revelan que su cáscara contiene más nutrientes de los que se pensaba. Este recubrimiento marrón y velloso es comestible, está lleno de antioxidantes, fibra y vitaminas esenciales, y puede convertirse en un complemento clave para una alimentación saludable.
Cáscara de kiwi: rica en fibra y excelente para la digestión
Una de las principales ventajas de consumir la cáscara del kiwi es su alto contenido de fibra. De hecho, contiene hasta tres veces más que la pulpa. Esto favorece la digestión, ayuda a prevenir el estreñimiento y contribuye al control del azúcar en la sangre, especialmente útil en dietas para personas con diabetes o problemas gastrointestinales.
Antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico
La piel del kiwi posee grandes cantidades de vitamina C, vitamina E y polifenoles. Estos compuestos antioxidantes ayudan al cuerpo a combatir los radicales libres, reducen la inflamación y fortalecen las defensas naturales del organismo. Además, estos elementos son conocidos por retrasar el envejecimiento celular.
Salud cardiovascular y protección natural
El potasio y la fibra presentes en la cáscara del kiwi pueden ayudar a regular la presión arterial y reducir el colesterol LDL. También se han detectado propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias en esta parte de la fruta, lo que podría convertirla en un alimento funcional para la prevención de enfermedades crónicas.
¿Cómo consumir la cáscara de kiwi?
Para aprovechar sus beneficios, se recomienda lavar bien el fruto, frotando su superficie con un cepillo suave. Se puede comer entero, mezclar en batidos, incluir en ensaladas o postres, e incluso deshidratar para hacer snacks naturales. El kiwi amarillo es una opción con piel más suave para quienes tienen sensibilidad a la textura.
¿Quiénes deberían evitarla?
Personas alérgicas al kiwi o con intestinos sensibles deben tener precaución. En algunos casos, la piel puede generar irritación en la boca o malestar digestivo. Siempre es recomendable probar en pequeñas cantidades al principio.
Comer la cáscara del kiwi no solo ayuda a reducir el desperdicio alimentario, sino que también aporta múltiples beneficios para la salud. Con una correcta higiene y preparación, este superalimento puede integrarse fácilmente a la dieta diaria.
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