Hace 66 millones de años, un asteroide de entre 10 y 15 kilómetros de ancho impactó en la península de Yucatán, México, provocando la extinción del 75% de las especies, incluidos los dinosaurios. Un reciente estudio publicado en la revista Science ha revelado que este asteroide se originó en la órbita de Júpiter, en el sistema solar exterior.
El asteroide, que dejó un cráter de 180 kilómetros de ancho en Chicxulub, esparció restos por todo el mundo, formando una capa de arcilla rica en metales como el iridio y rutenio, elementos raros en la Tierra pero comunes en asteroides.
El estudio, liderado por el geoquímico Mario Fischer-Gödde de la Universidad de Colonia, ha confirmado que el asteroide era de tipo carbonáceo (tipo C), conocido por su alta concentración de carbono. Este hallazgo descarta la hipótesis de que se tratara de un cometa o que los escombros fueran resultado de actividad volcánica.
El análisis del rutenio, especialmente de sus isótopos, fue clave para determinar que el asteroide probablemente se formó en el sistema solar exterior. Según Fischer-Gödde, «los asteroides de tipo C representan los bloques de construcción sobrantes de los planetas de gas y hielo del sistema solar exterior, mientras que los asteroides de tipo S son los bloques de construcción primarios de planetas terrestres como la Tierra».
Este descubrimiento aporta una nueva comprensión sobre el origen del asteroide que cambió el curso de la vida en la Tierra.