Cada noche, miles de personas buscan conciliar el sueño sin éxito y una de las causas más frecuentes está en la alimentación previa al descanso. Comer ciertos productos en la noche puede alterar la digestión, elevar la energía o generar molestias que complican el sueño. Por ello, nutricionistas aconsejan elegir con cuidado lo que se consume antes de acostarse.
Aunque no existe una regla universal para todos, varios grupos de alimentos comparten efectos que dificultan un descanso reparador. Los expertos coinciden en que evitarlos puede mejorar tanto la calidad del sueño como la salud digestiva.
Comidas grasas o pesadas: las que más interfieren
Las comidas muy grasosas, como frituras, pizzas, embutidos o platos abundantes, suelen provocar sensación de pesadez e incluso reflujo. Estas molestias se intensifican al estar en posición horizontal y terminan interrumpiendo el sueño.
Cafeína: un estimulante que puede actuar por horas
El café, el té verde o negro, las bebidas energéticas y el chocolate oscuro contienen cafeína, una sustancia que mantiene el cerebro activo. Consumirlos en la noche puede atrasar el sueño y disminuir su profundidad.

Platos picantes y condimentados
Los alimentos picantes generan irritación estomacal en personas sensibles, además de aumentar la probabilidad de acidez nocturna. Por esa razón, se recomiendan opciones más suaves durante la cena.
Postres y productos azucarados
Los dulces, helados y cereales con alto contenido de azúcar elevan rápidamente la energía. Este incremento dificulta la relajación y retrasa el inicio del sueño.
Snacks salados y productos procesados
El exceso de sal provoca sed y retención de agua, dos factores que pueden generar despertares nocturnos. Los snacks procesados son los que más aportan sodio durante la noche y evita dormir con fluidez.
Cítricos y alimentos ácidos
Las frutas como la naranja o el limón, y otros alimentos ácidos como el tomate, pueden intensificar la acidez estomacal en personas propensas al reflujo.
Quesos maduros y embutidos fuertes
Los quesos curados y algunos embutidos contienen sustancias presentes en productos fermentados que estimulan la actividad cerebral. Su consumo en la noche podría dificultar la sensación de somnolencia.
Alcohol: un falso sedante
Aunque algunas personas creen que ayuda a dormir, el alcohol interrumpe las etapas profundas del sueño. Esto genera descanso poco reparador y frecuentes despertares.
Alternativas más adecuadas para poder dormir po la noche
Para quienes sienten hambre antes de dormir, los especialistas sugieren opciones ligeras como yogur natural, avena, leche tibia, banana, frutos secos o infusiones sin cafeína. Estas alternativas facilitan la relajación sin afectar la digestión.

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