sábado, 26 julio 2025
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¿Qué le sucede a nuestro cerebro mientras estamos dormidos?

Foto: INVDES

Cada noche cuando nos dormimos, nuestro cuerpo entra en reposo, pero el cerebro continúa trabajando activamente. Aunque estamos descansando, el cerebro se involucra en un proceso complejo de renovación y aprendizaje esencial para nuestra salud.

Durante el sueño, lleva a cabo funciones cruciales como la limpieza de toxinas acumuladas y el procesamiento de información. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), diversas áreas cerebrales juegan un papel vital en estos procesos, asegurando que el cerebro no solo se mantenga activo, sino que también realice tareas fundamentales para nuestro bienestar.

El ciclo del sueño humano se divide en dos fases principales: el sueño no REM (movimiento ocular no rápido) y el sueño REM (movimiento ocular rápido), cada uno con patrones distintos de ondas cerebrales y actividad neuronal. En el sueño no REM, el cerebro y el cuerpo experimentan una desaceleración gradual. En la primera fase, se preparan para el sueño con una disminución de la actividad cerebral y la relajación muscular. La segunda fase implica una bajada de la temperatura corporal, lentitud en el ritmo cardíaco y respiratorio, y ondas cerebrales más lentas. La tercera fase, el sueño profundo, es crucial para la recuperación, permitiendo al cerebro y al cuerpo descansar y renovarse completamente.

En contraste, el sueño REM se caracteriza por una actividad cerebral similar a la de la vigilia, siendo el momento en el que ocurren la mayoría de los sueños. Durante esta fase, el cerebro procesa y organiza las imágenes, sonidos y emociones de los sueños. Además, el tronco encefálico envía señales para relajar los músculos y evitar movimientos bruscos, mientras que el tálamo regula la corriente eléctrica en el cerebro y controla la información sensorial que llega a la corteza cerebral.

El sueño también es esencial para consolidar la memoria y el aprendizaje, con diferentes etapas del sueño desempeñando roles específicos en este proceso. Investigaciones de la Universidad de ETH Zurich han demostrado que el sueño profundo permite que las sinapsis neuronales restauren su actividad, facilitando la neuroplasticidad y el aprendizaje de nuevas habilidades. Además, el sueño profundo también ayuda a “desaprender” información no necesaria, evitando la sobrecarga cognitiva y manteniendo la flexibilidad neuronal.

Sin embargo, a pesar de los avances en la investigación sobre el sueño, aún persisten muchas incógnitas sobre sus mecanismos y propósitos. Según el Dr. David Raizen, aunque sabemos mucho sobre la importancia del sueño, los detalles exactos sobre cómo y por qué dormimos siguen siendo un misterio. Los científicos continúan explorando los procesos que regulan el inicio, mantenimiento y finalización del sueño, así como los neurotransmisores involucrados. Además, aunque se ha demostrado una conexión entre la falta de sueño y problemas de salud como diabetes, enfermedades cardiovasculares y depresión, aún no está claro si la falta de sueño causa directamente estos trastornos o si estos problemas afectan la calidad del sueño.