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El significado y tradición detrás del pesebre navideño

Foto: Traveler

En los hogares católicos, la instalación del pesebre es un símbolo central de la celebración navideña. Esta tradición, que tiene sus raíces en el siglo XIII gracias a San Francisco de Asís, comenzó en la localidad italiana de Greccio y se ha convertido en un homenaje universal al nacimiento de Jesús.

Generalmente, el belén se prepara al inicio del Adviento y se mantiene hasta la Fiesta del Bautismo del Señor, que en 2025 se celebrará el 12 de enero, marcando el final del periodo navideño.


El Papa Francisco, en su carta Admirabile signum de 2019, describe esta práctica como una forma sencilla y alegre de anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Según el Pontífice, el belén permite a los creyentes visualizar y experimentar de cerca el acontecimiento extraordinario que marcó un antes y un después en la historia: el nacimiento de Cristo. Cada elemento del pesebre tiene un profundo simbolismo que invita a la reflexión y la espiritualidad.


Entre los componentes más significativos, destaca la estrella, que según el Evangelio de Mateo guió a los Reyes Magos hasta Belén. Representa la llamada a buscar a Jesús y adorarlo. El pesebre, por su parte, simboliza la humildad y pobreza con la que el Hijo de Dios vino al mundo, invitando a seguir su ejemplo de sencillez. La Virgen María y San José ocupan un lugar especial, reflejando obediencia, protección y confianza en la voluntad divina, mientras que los pastores representan a los más humildes, los primeros en recibir el mensaje del ángel.


Finalmente, la figura central del Niño Jesús recuerda la grandeza del amor de Dios manifestado en la fragilidad de un niño. Los Reyes Magos, con sus regalos de oro, incienso y mirra, personifican la universalidad del llamado de Cristo, extendiéndose a todos los pueblos. Aunque los evangelios no mencionan animales, la tradición cristiana los ha incorporado para simbolizar la humanidad sencilla y la acogida del Salvador. En conjunto, el pesebre es un recordatorio de los valores fundamentales de la Navidad: la humildad, la fe y la unión.