A más de 3.000 metros de profundidad, en una de las zonas más biodiversas del Atlántico Sur, un equipo de científicos argentinos logró un hito: mostrar en vivo la vida en el fondo del mar argentino.
La expedición Talud Continental IV, liderada por el Conicet y realizada a bordo del buque R/V Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute, permitió explorar el Cañón Submarino de Mar del Plata, un territorio inexplorado frente a la costa bonaerense.
Un salto tecnológico en la ciencia marina
Gracias al uso del ROV SuBastian, un robot submarino operado de forma remota, se captaron por primera vez imágenes en alta definición del ecosistema profundo del talud continental argentino, a profundidades que alcanzaron los 3.900 metros.
Corales de aguas frías, crustáceos, peces abisales y estrellas de mar aparecieron ante la mirada de miles de personas que siguieron las transmisiones en vivo por YouTube. Incluso, algunos organismos fueron bautizados por los espectadores, como “Batatita” y “la estrella culona”, reflejando el impacto cultural del proyecto.
Ciencia, biodiversidad y conciencia ambiental
La misión no solo mostró especies desconocidas, sino también evidencias del impacto humano en zonas remotas del océano. Bolsas plásticas, redes de pesca y basura fueron detectadas a más de 1.000 metros de profundidad, confirmando la urgencia de proteger estos frágiles ecosistemas. “Esto confirma que el impacto humano llega a los ambientes más remotos y vulnerables del océano”, advirtió el biólogo Martín Brogger, investigador del Conicet.
Una expedición con sello argentino
La campaña reunió a más de 30 especialistas de distintas provincias y centros de investigación nacionales como el MACN, IBIOMAR e IIMYC, y contó con apoyo internacional. A pesar del contexto de ajuste presupuestario, los científicos lograron sostener una de las iniciativas oceanográficas más ambiciosas del país.
Entre los momentos más emotivos, destaca la escena en la que el investigador Mariano Martínez vio por primera vez en vivo una especie que él mismo había descrito años atrás.
Talud IV fue también una plataforma de divulgación: con transmisiones abiertas, encuentros con escuelas y publicación de datos en acceso libre, como CONICET Digital, OBIS, y GenBank. “Hay una gran necesidad de conectar con la ciencia”, expresó Brogger, y las profundidades del mar argentino lograron ese objetivo.