Teherán oficializó este miércoles, 2 de julio de 2025, la suspensión de su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en respuesta directa a los recientes ataques de Israel contra sus instalaciones nucleares y a lo que califica como la pasividad del organismo. La decisión la firmó el presidente iraní, Masud Pezeshkian, tras su aprobación por parte del Parlamento y el Consejo de Guardianes. “Masud Pezeshkian promulgó la ley que suspende la cooperación con el Organismo Internacional de la Energía Atómica”, informó la televisión estatal.
El conflicto estalló el 13 de junio con una serie de bombardeos israelíes que mataron a altos mandos militares y científicos nucleares iraníes. Teherán respondió con ataques de misiles y drones. El 22 de junio, Estados Unidos se sumó al conflicto y atacó instalaciones clave en Fordo, Isfahán y Natanz. Al día siguiente, Irán contabilizaba más de 900 muertos, mientras que en Israel se registraban 28 fallecidos. A pesar del cese al fuego promovido por Washington, las secuelas diplomáticas y nucleares siguen en aumento.
Desde Teherán, el portavoz de la cancillería, Esmail Baqai, justificó la medida señalando que “refleja la preocupación y enojo de la opinión pública iraní” frente a lo que consideran un doble estándar del OIEA. Irán también rechazó la visita solicitada por el director del organismo, Rafael Grossi, para inspeccionar las plantas bombardeadas. A este rechazo se suman acusaciones alarmantes del diario Kayhan, cercano al ala dura del régimen, que calificó a Grossi como un “espía israelí” y exigió su ejecución.
Repercusiones sobre decisión de Irán
Estados Unidos condenó la medida iraní como «inaceptable», en palabras de la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, quien llamó a Teherán a «elegir un camino de paz y prosperidad». Israel, por su parte, subió el tono. Su canciller, Gideon Saar, pidió a Europa “restablecer todas las sanciones” contra Irán y advirtió que el mundo debe actuar para “detener las ambiciones nucleares del régimen”.
El conflicto, que reaviva las tensiones internacionales en torno al programa nuclear iraní, se desarrolla en un clima marcado por la desconfianza y la polarización. La resolución del OIEA del 12 de junio, que acusaba a Irán de incumplir sus compromisos nucleares, fue vista por Teherán como la excusa perfecta para la ofensiva israelí. La relación entre Irán y el organismo de la ONU atraviesa su punto más bajo en años, en medio de un escenario de guerra, sospechas y un frágil equilibrio de poder en Medio Oriente.