Un avión privado protagonizó un trágico accidente al despistarse durante su aterrizaje en el aeropuerto de San Fernando y colisionar contra una vivienda cercana. El impacto, seguido de explosiones, causó la muerte de sus únicos ocupantes: el piloto Martín Fernández Loza (44) y el copiloto Agustín Oroforte (35), quienes contaban con todas las certificaciones de vuelo en regla.
El accidente ocurrió en la intersección de las calles José Terry y Charlín, en una zona de viviendas cercanas al aeropuerto. Según testigos, la aeronave sobrepasó la pista y, al no poder frenar, cruzó el alambrado perimetral antes de impactar contra la casa. Vecinos que circulaban por el lugar vivieron momentos de pánico, pero no se reportaron heridos graves entre ellos.
El avión, un Challenger 300 matrícula LV-GOK, había realizado vuelos previos ese día, incluyendo rutas hacia Punta del Este y Río de Janeiro. Regresaba a Buenos Aires cuando ocurrió el siniestro. La investigación preliminar apunta a determinar las causas por las cuales no logró detenerse al aterrizar.
La dueña de la vivienda afectada relató el aterrador momento: “Estaba bañándome cuando escuché el ruido. La habitación donde dormía mi bebé fue la más dañada, aunque la casa no colapsó, quedó llena de grietas”. Según explicó, tras el impacto, hubo al menos tres explosiones consecutivas.
Especialistas y vecinos señalaron demoras en las primeras respuestas de emergencia. Los bomberos tardaron cerca de siete minutos en llegar y no contaban con herramientas adecuadas para acceder a la cabina, lo que podría haber cambiado el desenlace. La investigación está a cargo de la Junta de Accidentes de Aviación y el Juzgado Federal N°1 de San Isidro.
Una cámara de seguridad captó el momento exacto del accidente, mostrando cómo la aeronave siguió de largo al final de la pista. Aunque evitó incrustarse completamente en las viviendas, el impacto y posterior incendio provocaron una tragedia que dejó conmocionada a la comunidad.