viernes, 25 julio 2025
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Descubren en Australia el cráter de impacto de meteorito más antiguo del mundo

Foto: Referencial / Internet

Un equipo de científicos australianos descubrió el cráter de impacto de meteorito más antiguo jamás encontrado en la Tierra, un hallazgo que podría cambiar la comprensión sobre el origen de la vida y la evolución temprana de nuestro planeta.

El estudio, publicado en la revista Nature Communications este jueves, 6 de marzo de 2025, por investigadores de la Universidad de Curtin, revela que el impacto ocurrió hace 3.500 millones de años en una región remota del noroeste de Australia.

«Este descubrimiento desafía significativamente las suposiciones previas sobre la historia temprana de la Tierra», explicó el profesor Tim Johnson, coautor del estudio.

Antes de este hallazgo, el cráter de impacto más antiguo conocido tenía 2.200 millones de años, lo que resalta la importancia de este nuevo descubrimiento.

El cráter fue hallado en una zona remota del noroeste de Australia. Foto: Universidad Curtin

El profesor Chris Kirkland, también coautor del estudio, destacó el impacto de este hallazgo en la comprensión del papel de los meteoritos en la formación del entorno primitivo terrestre.

«El descubrimiento de este cráter y la posibilidad de encontrar otros de la misma época podrían proporcionar pistas clave sobre cómo pudo haber comenzado la vida en la Tierra. Los cráteres de impacto creaban entornos favorables para la vida microbiana, como piscinas de agua caliente», explicó Kirkland.

Además, el estudio sugiere que la enorme cantidad de energía generada por el impacto podría haber influido en la configuración de la corteza terrestre en sus primeras etapas. «Este hallazgo nos obliga a replantear nuestras ideas sobre la evolución de la corteza primitiva de la Tierra», agregó Kirkland.

Según las estimaciones, el meteorito impactó a una velocidad superior a los 36.000 kilómetros por hora, formando un cráter de más de 100 kilómetros de diámetro y dispersando escombros por todo el planeta. Este descubrimiento abre nuevas puertas para la investigación sobre los primeros eventos geológicos que dieron forma a la Tierra y su potencial para albergar vida.