Ciencia y tecnología

Descubren naufragio de la Segunda Guerra Mundial

Gracias a la tecnología de ondas sonoras un equipo de investigadores descubrió un naufragio de la Segunda Guerra Mundial, en el cual la única victima a bordo fue el capitán.

En el Lago Superior, en Canadá, uno de los lagos más grande Norteamérica, se descubrió un naufragio de la Segunda Guerra Mundial, gracias al investigador Dan Fountain y un equipo de la Sociedad Histórica de Naufragios de los Grandes Lagos (GLSHS).

El reciente hallazgo de restos a más de 183 metros de profundidad en el lago Superior ha resuelto parcialmente uno de los misterios que envolvían al SS Arlington, un granelero de 71 metros que se hundió en 1940. Aunque se ha encontrado el lugar donde está el barco, aún existen interrogantes sobre los últimos momentos del capitán Frederick «Tatey Bug» Burke, quien se hundió con el naufragio.

El SS Arlington partió el 30 de abril de 1940 de Port Arthur, Ontario, cargado de trigo con destino a Owen Sound, Ontario, según la GLSHS. Según relatos de la época, después de que una densa niebla se transformara en tormenta y comenzara a ingresar agua al barco, Burke revocó la orden del primer oficial de acercarse a la costa, optando por continuar su rumbo a través del lago. Alrededor de las 4:30 a.m. del 1 de mayo de 1940, el barco comenzó a hundirse, y la tripulación empezó a abandonarlo, a excepción de Burke.

Los informes de aquellos días sugieren que Burke saludó al carguero Collingwood desde cerca de la cabina de mando de su barco justo antes de que este se hundiera. Algunos creen que Burke siguió la tradición marítima de hundirse con su barco, aunque otros cuestionan por qué no intentó salvarse como el resto de la tripulación. La falta de una llamada de emergencia desde el barco agrega un misterio adicional a la situación.

El descubrimiento de los restos del SS Arlington en 2023, realizado por el investigador de naufragios Dan Fountain y la GLSHS, arroja luz sobre esta antigua incógnita. Fountain, un técnico electrónico jubilado con décadas de experiencia en la búsqueda de naufragios, encontró una anomalía profunda en los datos de teledetección, lo que llevó al hallazgo del barco a más de 56 kilómetros al norte de la península de Keweenaw, en Michigan.

A pesar de la emoción de encontrar el barco, aún permanecen las interrogantes sobre los motivos de Burke para permanecer a hundirse en el barco. Fountain considera que este descubrimiento podría brindar algún cierre a la familia de Burke, aunque aún no ha establecido contacto con ellos.