Una ducha muy caliente puede sentirse como un abrazo en las mañanas frías o al final del día. Pero usar esa temperatura todos los días tiene un costo: reseca la piel, irrita la barrera natural y puede empeorar problemas como dermatitis o picazón persistente.
En un país como Ecuador, donde pasamos de climas fríos en la Sierra a calor intenso en la Costa, la piel ya está expuesta a…






